La
ideología neoliberal del “emprendedurismo”
Evelyn
Patricia Martínez
Rebelión
Rebelión
La ideología “emprendedurista”
El capitalismo también se
sostiene, y es exitoso, en la medida en que los oprimidos asumen como propio
las ideas y discursos de sus opresores. Dice Paulo Freire en Pedagogía del
oprimido que es peligroso cuando “Hablan como ellos, actúan como ellos, piensan
como ellos, desean lo mismo que sus opresores”.
Es así que en el discurso de la
economía dominante se esté promoviendo la idea del “emprededurismo” como
solución para aquella fuerza de trabajo que no es absorbida dentro del proceso
de acumulación del capital, es decir, para el ejército laboral de reserva o la
población desempleada. Bajo este discurso, se les motiva a que inicien con un
negocio y que poco a poco irán escalando hasta convertirse en grandes
empresarios. Se impone la ideología del individualismo y la competencia y como
única fórmula “mágica” para ser “felices” la de ser un empresario capitalista.
La ideología neoliberal emprendedurista es funcional para seguir
reproduciendo el sistema, materialmente y culturalmente. Materialmente porque,
por un lado, por la misma lógica del capitalismo monopólico, estos
“emprendimientos” terminan siendo expoliados [1] por el gran capital ya sea
industrial, comercial o financiero. Y, además, en el plano de la consciencia,
porque se reproduce una “falsa conciencia” del sujeto, de querer ser como el
opresor. Es decir, lo que le interesa a la ideología neoliberal es que se vaya
perdiendo el sentido de lo colectivo, de la organización, de la reciprocidad y
solidaridad.
La base del proyecto neoliberal se vuelve entonces un proyecto de la
individualización de todo. “Una economía hecha de trabajadores que se comportan
como unidades-empresa, y no como grupos de asalariados, conlleva la
generalización de la forma empresa. (…) una sociedad integrada bajo el
principio rector de la forma empresa, que se infiltra en todas las relaciones
sociales. También en la familia o en el Estado.” (Santos Ortega 2014; p.37).
Hay, entonces, una colonización de los valores empresariales capitalistas en
todos los ámbitos.
La falsa consciencia del
sujeto
La ideología emprendedurista impone la idea de que el pobre es pobre
porque no quiere ser un emprendedor, “si no emprendes, siempre serás un
derrotado”. Incita a la competencia permanente, a ser un “triunfador”. Resalta
como valores emprendedores, el talento, la innovación, el carisma, etc. Quien
fracasa es porque no dispone de signos de éxito. Esconde que en realidad quien
“fracasa” es por el resultado directo de lasr elaciones de expoliación del
capitalismo monopólico. Y se ocultan los procesos sociales que han posibilitado
el “talento” del emprendedor. Es decir, el rico no es rico por sus cualidades
de “talento” individual, sino porque su riqueza ha sido creada por las
relaciones de explotación de la fuerza de trabajo dentro del proceso de
trabajo, la cual crea un plusvalor que no es reconocido ni pagado; además por
la invisibilización del aporte del trabajo no remunerado y del cuidado que
realizan, en su mayoría, las mujeres, para reproducir la fuerza de trabajo y
mantener la vida. El burgués posee riqueza porque niega, oprime y explota. Esa
es su racionalidad.
No hay tal talento, lo que
hay es explotación y dominación en las relaciones sociales de producción.
Entonces con la ideología emprendedurista, el sujeto pasa de asalariado que
vende su fuerza de trabajo en el mercado laboral a considerarse un trabajador
como “empresario para sí” (Foucault 2007). Esa es la trampa, es decir, no hay
un reconocimiento de su lugar de enunciación como sujeto oprimido, hay un
ocultamiento. Una falsa consciencia. Y, por tanto, se niegan las posibilidades
de emancipación del trabajo.
“Resignificar” el concepto
de emprender.
En el sentido de la deconstrucción y resignificación de las palabras, si
queremos darle un nuevo significado al concepto de emprender, diremos que
emprender sí pero no en competencia, sino en solidaridad. Como por ejemplo lo
entiende la “Asociación Solidaria de Comunidades Emprendedoras en Red” (ASCER)
en San Sebastián y San Lorenzo, San Vicente, ellos y ellas lo asimilan y
resignifican con otra lógica, con otra mirada, con valores de solidaridad y
empatía, de ir propiciando una nueva consciencia. Su misión es la de “Fomentar
un cambio de actitud de los productores y productoras por medio de acciones
colectivas justas y solidarias que generen una dinamización económica y
productiva local en nuestros municipios”. (Plan de trabajo de ASCER)
Estas nuevas relaciones de
producción, van creando una nueva consciencia del sujeto, una consciencia
solidaria. La cual va entendiendo que es necesario disminuir poco a poco las relaciones
de vinculación con las empresas capitalistas, y de potenciar, por el
contrario,la articulación intra e inter sectorial del sector de la economía
solidaria. Que es necesario ir realizando compras y ventas de manera asociada y
coordinada, creando sus propios circuitos financieros solidarios (grupos de
autoahorro, bancos comunales, etc) y de compartir conocimiento, saberes y
tecnologías.
De esta manera se va creando otra relación con la realidad, se va
creando una nueva consciencia del sujeto, ya no individualista y competitiva,
sino una consciencia colectiva y solidaria. Ya lo he dicho en otras ocasiones y
quiero repetir: es necesaria otra práctica, pero también otra discursividad
frente al pensamiento único.
Notas:
[ 1] ¿Cómo se dan las
relaciones de expoliación? : a) Los productores de la producción mercantil
simple o de valores de uso al no poseer autonomía y capacidad de negociación
frente al capitalista (ya sea industrial, comercial o financiero), aceptan un
precio de compra inferior al valor de la mercancía o de sus costos de
producción, porque, precisamente, no posee otra alternativa; y b) la lógica del
capital le determina al productor mercantil cómo producir, de la misma forma
modifica la jornada su trabajo y la intensidad de su trabajo. De esta manera se
da la subsunción indirecta del trabajo al capital, es decir la expoliación, y
la apropiación extraordinaria de valor de su trabajo. Ver: Montoya, Aquiles
(1998). Economía crítica. UCA editores, San Salvador.
Bibliografía:
Santos Ortega, Antonio.
(2014). La política en manos de los empresarios: el imparable ascenso de la
ideología del emprendedor. Revista Papeles, Nº227. Pp. 29-43
Foucault, Michel (2007).
Nacimiento de la biopolítica, FCE, Buenos Aires.
Freire, Paulo (1978). Pedagogía del Oprimido,
Siglo XXI editores, Uruguay.
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