miércoles, 2 de septiembre de 2015

¿Quién ganará las elecciones?



¿Quién ganará las elecciones?

Moisés Gómez Cortez*

Como dice Marta Casaus Arzú en la segunda parte de la introducción del Libro  Guatemala: Linaje y Racismo: Aparte de poseer los medios de producción, la oligarquía casi siempre tuvo el control político desde 1531 hasta nuestros días. Esto lo escribía en la primera edición del libro en marzo de  1992.

En la era democrática a partir de 1986 hasta nuestros días se cumple lo que dice Casaus Arzú. Y cuando alguien en el poder político quiere ignorar a esta oligarquía, lo somete a sus intereses, como el caso del Presidente Vinicio Cerezo Arévalo que propuso una reforma fiscal en 1988 y el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras –CACIF- desplegó una enorme campaña de escritos y rumores para desnaturalizar el proyecto fiscal  y buscar el apoyo de la clase media contra el Presidente; la oligarquía llegó hasta publicar que era el primer paso hacia la transformación comunista del país. La economía entera entró en un inquieto marasmo. El gobierno  hizo saber que no nacionalizaría la banca, ni haría reformas agrarias, ni se saldría de los límites de la Constitución de la República para gobernar en ningún sentido económico.
Bajo enormes presiones se celebró en la finca Santo Tomás la famosa reunión de los dos “estados mayores”, con el Arzobispo Penados como mediador. El presidente de ese entonces aceptó veintiséis de las veintisiete enmiendas contra el proyecto de reforma fiscal así como a renunciar a cualquier política reformista que afectara los intereses del poder económico. Todo eso era, en pocas palabras, un pacto donde el Licenciado Vinicio Cerezo  renunciaba a gobernar el país. La alternativa era el golpe de Estado y la entrega del poder civil al poder económico. Después de dicho pacto el Presidente terminó su periodo viajando por el mundo.
Lo anterior es el comportamiento normal de las ramas políticas de las derechas, pero, ¿Qué es la derecha en Guatemala? La derecha es la que representa y defiende en la práctica al capitalismo tradicional, sin excluir  relaciones económicas anteriores como el mercantilismo, algunas formas feudales y ataca la economía informal cuando le conviene. Entiende el mercado libre como un sistema de privilegios para el sector dueño del capital de las grandes empresas; de igual forma entiende los tratados de libre comercio y la llamada igualdad de las personas ante la ley.
La derecha está formada por la oligarquía, el estrato medio superior y la media conservadora, un número importante de católicos con tendencias fundamentalistas y de sectores profesionales (Licenciados, Másteres, y Doctores) a su servicio. La derecha es la única  clase política verdaderamente organizada, que cubre casi todas las actividades de la economía (incluyendo la economía no observada), la educación, la salud, la “beneficencia” a través de las fundaciones, las organizaciones culturales y deportivas, los grupos de presión y las conexiones internacionales.
La derecha ha alcanzado tal fuerza que controla al ejército para sus intereses, aunque la institución militar ha crecido en los últimos años desafiando los Acuerdos de Paz.  El ejército conserva influencia sobre el gobierno, y más aún cuando el Presidente es un egresado de sus filas. Bajo la presión del auge de las sectas evangélicas, la iglesia católica rompió el bloque con la oligarquía y se comprometió a defender los derechos humanos. Pero el Opus Dei, con ilimitados recursos, se dedica a catequizar a los jóvenes de la derecha y a formarle líderes.
Ahora bien si viajamos en el tiempo y nos situamos en las elecciones de este año 2015, nos encontramos con que la oligarquía está actuando a tomar el poder por los siguientes cuatro años de gobierno, ¿cómo lo hace?
Partamos de que la élite dominante encontró con en  elgobierno de Otto Pérez Molina la persona que conformó un equipo de trabajo, que satisfizo sus intereses, sus requerimientos en los tres poderes del Estado, es decir profundizar el capitalismo de extracción en los territorios de los diversos pueblos de Guatemala, neutralizar las diferentes organizaciones sociales (como los 48 cantones en el Departamento de Totonicapán, por ejemplo) y a la institución de educación superior como  la Universidad de San Carlos de Guatemala, pero algo importante,  nos convirtió en consumidores de las mercancías de la oligarquía y de las transnacionales. Cada vez consumimos menos productos de la pequeña y microempresa local.
Lo que le interesa a la clase dominante es mantener la actual situación económica y para ello crea y financia partidos políticos. Le interesa colocar a diputados que en el organismo legislativo que  velen por sus intereses y para ello utiliza los primeros puestos del listado nacional y las primeras posiciones distritales en varios partidos políticos, obviamente son los partidos que ellos originaron y que son los seis primeros lugares, según las diversas encuestas. Los partidos de derecha representan los intereses de la élite dominante que son: la economía, la cultura de consumo, la educación que incluye los estudios superiores, la política, la política exterior, entre otros.
La izquierda política de Guatemala no logra simpatizar a los votantes en nuestro país, aun cuando Pepe Mujica tenga muchos simpatizantes en nuestro territorio. Estos  partidos tienen que hacer grandes esfuerzos para atraer simpatía de gran parte de la población guatemalteca en los eventos electorales posteriores al actual.
Si un binomio presidencial de partido de derecha gana las elecciones, entonces, ganó la oligarquía y tendrá cuatro años más para implementar sus planes, como lo obtuvo en el periodo presidencial de Otto Pérez Molina. Parece que tendremos más de lo mismo, es decir, la acumulación del capital crecerá para la clase dominante y aumentará la pobreza en la sociedad Guatemalteca.
*Profesor e Investigador de la División de Ciencias Económicas.

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