A
veces, ser joven no es bueno....
Helen
Enríquez
Estudiante
primer semestre Área Común, sección C
División de
Ciencias Económicas, CUNOC
Algunos criticaran el título de este
artículo, pero es la invitación a conocer porque ser joven no es bueno, especialmente
cuando se pretende salir adelante por los propios medios, luchando en contra de
la corriente así como muchos de nosotros intentamos día a día.
En esta parte se tomó en cuenta
relatos de al menos 10 jóvenes (hombre y mujeres) de diversos ámbitos, con un
nivel profesional (licenciatura universitaria concluida) que pese a ser ejemplo
de superación personal, familiar, incluso dentro de su comunidad, se ven en
desventaja por el simple hecho de estar dentro del promedio de 25-29 años de
edad.
Considerando además que según el Instituto Nacional de Estadísticas en
el 2015 Guatemala, presentaba en la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (ENEI) 1-2015, la tasa de desempleo abierto en
2.4%, y la tasa de subempleo visible en 10.4%.
¿Ser
joven?
Quizá para muchos, el hecho de ser
joven es sinónimo de: fuerza, garra, chispa u otro similar que ayuda a
describir a una persona joven, pero en
definitiva cuando se trata o se refiere a aplicar a un puesto laboral, casi se
llega a pensar que “ser joven es un delito”,
por el hecho de no tener experiencia. La sociedad te limita de
tal manera que es preferible, contratar a alguien mayor, aun cuando no cumple
con la capacidad académica que un perfil requiere y no es por el hecho de
conocer más académicamente.
¡No
nos toman en cuenta!
En los últimos años, alcanzar un
espacio en donde desempeñarse siendo joven, implica ejercer en puestos de menor
rango, como se mencionaba antes aun cuando se tiene un “grado académico” requerido,
pero como no se tiene “experiencia” nos tenemos que adaptar a las únicas
opciones que nos brinda nuestra sociedad. Es aquí en donde se repiten
argumentos como: “cuanta experiencia
tiene para este cargo”, “porque no ha
trabajado antes”.
Realmente intentar conseguir trabajo,
para algunos jóvenes es “frustrante”,
porque no se tiene experiencia. Pero se debería de considerar más el hecho de
tener la buena voluntad de aprender y contribuir a desarrollar un ambiente
laboral agradable encaminado a ser parte de una útil de la sociedad.
¿Sujetos a discriminación?
Dentro de algunos relatos se repitió la
frase: “como usted no sabe”,
refiriéndose en algún momento a como los compañeros de trabajo, se refieren a
alguien joven dentro del grupo, pero en ningún momento se ponen a pensar, que algún
día ellos fueron así, que es parte de aprender a hacer las cosas, no somos máquinas
y merecemos, al menos la oportunidad de aprender y quizá no es de un día a
otro, pero no es ese el hecho de vernos de menos cuando somos parte de un
equipo de trabajo.
Conclusiones
·
La sociedad discrimina, aún más cuando se trate de
edad, tu experiencia valdrá poco si eres joven y ante eso debemos estar
advertidos.
·
Nuestra sociedad no cambiara, a menos de que las
oportunidades se den de igual manera para todos.
·
Se debe considerar, que tenemos voluntad y ganas de
trabajar, pero es importante que quienes
provean las oportunidades de trabajo, tengan la voluntad de darnos a conocer, demostrar la capacidad y el talento que
tenemos, de lo contrario seguiremos siendo parte de la taza de desempleados que
existe en el país.
·
El hecho de ser joven, no debe condicionarnos a optar
a puestos para los que muchos de nosotros estamos sobre calificados.
·
No merecemos ser discriminados, por no tener
experiencia, porque es la misma sociedad la que no nos permite adquirirla.
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