ELECCIONES 2015… Y ALGO MÁS
Erwin A. Girón*
Según publicaciones de los medios de
comunicación, pronunciamientos de la sociedad civil y comentarios en redes
sociales; estamos ante una crisis institucional, ocasionada por los actos de
corrupción a todo nivel en las instancias de gobierno.
Al parecer en esta coyuntura social, son
diversos los sectores los que sienten trastocados y defraudados sus intereses
de clase o de grupo; es así como la cúpula empresarial se ha pronunciado en
contra de ciertos actos de gobierno y exige acciones inmediatas, que demuestren
voluntad política de poner un alto a esas acciones anómalas y enjuiciar a todos
aquellos funcionarios que resultaren involucrados, así como a particulares y
empresarios que no pertenecen a este grupo, implicados en estos hechos; que les
representan competencia desleal y pérdidas económicas en sus negocios.
Este sector de la oligarquía, a manifestado
que la corrupción atenta contra el estado de derecho, el orden social y hasta
contra el régimen de la propiedad privada (Jorge Briz, presidente del Cacif,
entrevista en Guatevisión, el 05-05-2015; 21:00 hrs.); lo que demuestra que
estos grupos, comprenden que una desestabilización del orden establecido vía la
corrupción del estado, dañaría el ambiente para sus inversiones y negocios en
el país.
Estos grupos económicos de poder, se
pronuncian en base a información a la que tienen acceso, dada la posición que
ocupan en la sociedad; sin embargo el común de las personas nos debemos
conformar con datos parciales y aislados, que generan los funcionarios y los
medios de comunicación, lo cual no nos permite tener certeza de que está
sucediendo en la realidad, a cuanto asciende el monto de lo defraudado y que
consecuencias a corto, mediano y largo plazo, pueden tener estas acciones para
la economía del país.
Por lo que debemos analizar, que pasaría en
nuestra patria, si los montos de la corrupción fueran tan elevados, que
afectaran los índices macroeconómicos, que ha mantenido la economía nacional,
en los últimos años.
Si se alterara la dinámica de la economía en
Guatemala, un buen número de inversionistas, optarían por retirar sus capitales
del país, empresas y negocios podrían reducir sus operaciones, quebrar o
desaparecer del mercado.
Lo anterior, traería como consecuencia la
pérdida de fuentes de trabajo, los niveles de desempleo de por si altos en
nuestro país, se dispararían; el poder adquisitivo de muchas personas se
derrumbaría y la crisis alimentaria, que genera desnutrición en la población,
se vería incrementada a niveles insospechados, entre otros flagelos.
La reducción en la recaudación de impuestos,
obligaría al estado a tomar medidas de ajuste, que disminuirían los recursos en
la inversión social, en los presupuestos de salud, educación, seguridad y
otros; agudizando la situación de la violencia y la inseguridad ciudadana que
sufre a diario la población.
Ante un panorama tan sombrío, el bienestar,
la salud, la educación y las oportunidades de superación de nosotros y de
nuestras familias, se verían afectados de tal manera, que podría detenerse o
estancarse el futuro, de toda una generación de guatemaltecos y guatemaltecas,
jóvenes y niños que merecen un mejor nivel de vida.
Por estas y muchas otras razones, los que
tenemos la capacidad cívica de elegir a los próximos gobernantes, debemos
analizar detenidamente las propuestas que nos van a presentar, determinar si
verdaderamente cuentan con planes de trabajo dignos y honestos para la
población, si tienen la calidad moral, científica y técnica, para llevarlos a
cabo, si representan los intereses de la población y mejor si tienen voluntad ferrea, para trabajar con
transparencia y honradez.
No le demos un cheque en blanco, con nuestro
voto; a los mismos, ya que se envilecen con la delegación que el pueblo les otorga,
creyéndose dueños absolutas del poder, en función de que los votantes los
ratifican nuevamente, en los puestos que han detentado durante años, lo que les
genera confianza para seguir amasando fortunas, a costa del hambre y el
sufrimiento de todo un pueblo que anhela un futuro mejor.
¿Y usted por quién votará, en las próximas
elecciones?
Profesor Investigador DICE*
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