El ABC de las Relaciones
Licda.
Claudia Jeannette Sop García
A continuación se
presenta un breve análisis acerca del libro de John Maxwell titulado: “El ABC
de las Relaciones” y de la importancia que ésta tiene en el desarrollo de las
actividades administrativas de toda organización y para fortalecer la
comunicación en el hogar, según señala el autor en su último capítulo.
No
podemos triunfar sin la ayuda de otras personas; sin embargo, el cultivo de las
relaciones personales positivas puede ser todo un reto. (Maxwell, 2007)
En
El ABC de las Relaciones, John Maxwell revela los secretos para lograr
una excelente relación con los demás. Hace notar cuáles son las barreras que la
impiden, destaca la necesidad que todos tenemos de ser comprendidos y
valorados, también muestra cómo las relaciones
personales nos ayudan a alcanzar nuestro pleno potencial.
Las relaciones personales son la base que mantiene unido
a los miembros de un equipo dentro de toda organización. Un
liderazgo exitoso depende de las buenas relaciones que se forman dentro del equipo,
y para establecer esas relaciones es necesario que haya respeto, confianza,
reciprocidad, empatía y poder compartir buenas y malas experiencias para
disfrutar de esa relación que se desarrolla en cada una de las actividades
laborales. Considerando que en cualquier
grupo social hay virtudes y defectos, sin embargo lo más importante es
demostrar las cualidades anteriores, inclusive antes de recibirlas eso
fortalecerá las buenas relaciones creándose vínculos fuertes entre las personas.
Si
podemos aprender a entender a las personas, cómo piensan, qué sienten, qué las
inspira, es probable que actúen y reaccionen en una situación dada; podremos motivarlas
e influenciarlas de una manera positiva. Está comprobado que la falta de
comprensión y empatía laboral afecta el desarrollo laboral, lo que lleva a las personas a actuar y
reaccionar con miedo ante ciertas situaciones; a pensar de manera egocéntrica,
es decir a buscar sus propios intereses, esto ocasiona a la empresa falta de motivación,
ausencia en el trabajo, infelicidad, mala comunicación, no hay colaboración,
etc. Se hace necesario valorar las
diferencias que cada persona tiene y saber lo que las personas necesitan, es la
clave para comprenderlas. No existe ni una sola persona en el mundo que no
tenga el deseo de ser alguien. Todos queremos que los demás nos consideren y
nos valoren. Una
vez esto llega a formar parte del pensamiento diario, se adquiere una noción
acertada de por qué las personas hacen
lo que hacen.
En
el momento en que las personas saben cuánto nos interesamos en ellas, cambian
su manera de pensar acerca de nosotros. Y como es de saberse, todos necesitamos
de alguien que se ponga a nuestro lado y nos ayude. No lleva mucho esfuerzo
ayudar a otros a sentirse importantes, y se pueden obtener los resultados más
impresionantes, ya que cuando entendemos a las personas y creemos en ellas, se logran
alcanzar los objetivos institucionales. Además esto es una cadena, debido a que
lo que se le da a una persona repercute en la vida de todas aquellas con las
que ese individuo se relaciona.
Creer en las
personas antes de que ellas demuestren su valor es la clave para
motivarlas a alcanzar su potencial. El instinto de las personas es bastante acertado para saber cuándo otros
tienen fe en ellos. Es importante saber que las personas tienden a actuar de
acuerdo con el nivel de expectativa que otros han puesto en ellas. Si uno
expresa escepticismo y dudas en alguien, nos pagará con mediocridad esa falta
de confianza.
La
mayoría de las personas tienen que aprender a tener fe en otros. Es mucho más
difícil creer en las personas antes de que hayan demostrado su valor, pero ésa
es la clave para motivarlas a que alcancen su potencial. Al recalcar los puntos fuertes de las
personas, se les ayuda a crecer en lo personal y por ende en lo profesional. Los
incentivos no económicos y/o elogios pueden ayudar y tiende a surtir grandes
resultados, la retroalimentación de un punto débil con otro fuerte hacen
comprenderles que el éxito es un peregrinaje y que se puede fallar,
les ayudará a triunfar.
Recuerda
siempre: el corazón viene antes que la cabeza. No puedes impulsar a las
personas a la acción a menos que primero las conmuevas con la emoción. El corazón
viene antes que la cabeza. La buena relación con los demás no
sólo sucede cuando uno se comunica con grupos. Tiene que ocurrir también con
individuos. Cuanto más fuerte sea la relación entre las personas, más
beneficiosa será. (Maxwell, 2007).
Benjamín Disraeli una vez dijo: «El mayor bien que uno puede
hacer por otro no es simplemente
darle sus riquezas sino revelarle las que
él tiene». Si aprecias a otros, les animas y les ayudas a alcanzar su potencial, ellos se relacionarán mejor contigo. Cuanto más difícil es el reto, mejor es la
conexión. Los grandes dirigentes, frente a su pelotón, ven a individuos,
cada uno de los cuales tiene aspiraciones, quiere vivir, quiere hacer lo mejor.
Ésta es la única manera
de relacionarse con las personas.
La
capacidad para escuchar desarrolla relaciones personales positivas. Cuando se escucha se muestra respeto y se
aumenta el conocimiento, los grandes aprendices son grandes oyentes. A
la gente le encanta contribuir, si les brinda la oportunidad de expresar sus
pensamientos y se les escucha, siempre habrá un flujo de nuevas ideas. Cuando se escucha se construye lealtad y es
una gran manera de ayudar a otros y a uno mismo.
Maxwell
sugiere prestarle atención a los siguientes aspectos para ser un buen oyente: El proceso entero de escuchar empieza
cuando prestas toda tu atención
a la otra persona; la mayoría de las personas reaccionan mal cuando se las interrumpe.
Es fundamental concentrarse en
entender, ya que escuchar implica algo más que oír las palabras; determina la
necesidad del momento; controla
tus emociones; cuando estés hablando con otros, espera hasta haber escuchado toda la historia antes de
responder. Si no lo haces así, quizás te pierdas lo más importante que ellos
quieren decir; haz un resumen
de lo que el otro está diciendo, haciendo un comentario a intervalos regulares;
si quieres llegar a ser un
oyente eficaz, conviértete en un
buen periodista, como aquellos
que con cortesía hacen preguntas y buscan
comprender mejor. Muchos creen que escuchar es fácil, y se consideran a
sí mismos como oyentes bastante buenos. Aunque es cierto que la mayoría de las
personas pueden oír, pocos son realmente capaces de escuchar.
Cuando
tus palabras igualan a tus acciones, las personas saben que pueden confiar en
ti. La integridad es vital para el éxito personal y para los negocios. La
integridad edifica otras cualidades para el éxito, tales como el respeto, la
dignidad y la confianza. Si el cimiento de la integridad es débil o
fundamentalmente defectuoso, entonces el éxito se hace imposible. La integridad
no está determinada por las circunstancias, ni se basa en credenciales. No se
debe confundir integridad con reputación, si una buena reputación es como oro,
entonces el tener integridad es como ser dueño de la mina.
La integridad empieza
con una decisión específica y consciente. La mejor manera de guardarte contra una ruptura de la
integridad es tomar hoy la
decisión de que no venderás tu integridad
ni por poder, ni por venganza, ni por orgullo, ni por dinero; por ninguna cantidad. Gran parte de la integridad consiste
en cumplir hasta terminar consecuentemente nuestras responsabilidades. Si se
sabe por qué te mantienes firme y actúas,
en consecuencia la gente puede confiar en ti.
Además de la
integridad es importante preguntarse cuál es la relación personal más
importante en tu vida y es aquí en donde John Maxwell da importancia al núcleo
familiar.
Para algunas personas el
matrimonio y la familia han llegado a
ser víctimas en la búsqueda del éxito
profesional. Para edificar una familia fuerte tienes que hacer de tu
hogar un ambiente de apoyo. Toda familia atraviesa problemas, pero no todas
responden a ellos de la misma manera. Eso a menudo diferencia a una familia que
estrecha sus lazos de aquella que a duras penas logran sobrevivir. Algunas personas que buscan el éxito
parecen evitar el ambiente hogareño. Encuentran más fácil evadir los problemas,
pero esa no es la solución.
Maxwell
plantea algunas estrategias para ayudarnos
en el proceso de resolver problemas: Ataca el problema, nunca a la persona; antes de tratar de buscar
soluciones, asegúrate de saber qué está sucediendo en realidad; dedica al
problema familiar por lo menos el mismo tiempo y energía que darías a algún
problema profesional; al decidir alguna solución siempre recuerda que las
personas son tu prioridad; busca los aspectos
positivos del problema; sin que
importe lo mal que se pongan las
cosas, o lo molesto que te sientas, nunca
contengas tu amor hacia tu cónyuge e hijos.
No
sorprende que muchos matrimonios tengan problemas. Al igual que casi todo lo
demás, la buena comunicación no surge porque sí. Tiene que ser desarrollada y
ese proceso lleva tiempo y esfuerzo. Hoy las familias no dan a los valores la
misma prioridad o atención que se les daba en otras épocas. Sin embargo se han
identificado cinco aspectos en la familia Maxwell para inculcar valores: El compromiso
con Dios, el compromiso con el crecimiento personal y de la familia, las experiencias
comunes y compartidas, la confianza en nosotros mismos y en otros, el deseo de
hacer una contribución en la vida.
Los
matrimonios pueden empezar debido al amor, pero se terminan debido a la falta
de compromiso. Existe una correlación entre el éxito familiar y el personal. Es
por eso que edificar relaciones personales fuertes en la familia no sólo pone
el cimiento para el éxito futuro, sino que le da a la vida un significado más
profundo.
Es
necesario comprender que se debe estructurar estratégicamente la vida personal
y laboral, dejar libre el tiempo para compartir con la familia cumpleaños, aniversarios,
juegos deportivos, cenas románticas con nuestro conyugue o tiempo libre con los
hijos, eso ayudará para continuar
edificando nuestras relaciones personales.
Maxwel
nos dice que existe una correlación entre el éxito familiar y el personal. Edificar relaciones personales fuertes en la
familia no sólo pone el cimiento para el éxito futuro, sino que le da a la vida
un significado más profundo. Sin que
importe lo grande que sean los logros de las personas, les alta algo cuando trabajan sin el beneficio
de las buenas relaciones familiares. Es
cierto que algunas personas están llamadas a permanecer solteras, pero es poco
común. Una buena familia ayuda a la
mayoría de la gente a saber su propósito, a desarrollar su potencial, a
disfrutar del peregrinaje de la vida y a disfrutar mayores beneficios de los
integrantes de nuestra familia.
Y
por último: cómo puede uno darse al servicio de los demás….¿Qué hace un
verdadero líder que sirve a los demás? Pone a los otros por encima de su propia
agenda, posee la confianza para servir, promueve el servicio a los demás, no está
pendiente de la posición, sirve por amor. El alcance de su influencia y la
cualidad de sus relaciones personales dependen de la profundidad de su interés
por los demás.
Por eso es tan importante
que los líderes estén dispuestos a servir. Y para llegar a tener actitud de
servicio, se debe comenzar por realizar
actos pequeños, empezando con los que están más cerca de ti. La verdadera raíz
de una actitud de servicio es la seguridad.
Cualquier persona que cree que es demasiado importante como para servir
es básicamente insegura. La manera como
tratamos a otros es realmente un reflejo de lo que pensamos de nosotros mismos.
El filósofo y poeta Eric Hoffer captó ese
pensamiento:
Lo
asombroso es que realmente amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos;
hacemos a otros lo que nos hacemos a nosotros mismos. Detestamos a otros cuando
nos detestamos a nosotros mismos. Somos tolerantes cuando nos toleramos.
Perdonamos a otros cuando nos perdonamos. No es el amor a uno mismo, sino el
odio hacia uno mismo el que está en la raíz de los problemas que afligen a
nuestro mundo.
Si
quieres llegar a ser la clase de líder que las personas quieren seguir, tendrás
que resolver esta cuestión de la actitud de servir. Si tu postura es ser servido en lugar de
servir, tendrás problemas.
La
conclusión de la lectura nos dice que las relaciones positivas tienen una
extraordinaria importancia en todos los aspectos de la vida. Relacionarnos con otros incluye riesgos, pero
Maxwell demuestra que las recompensas son mayores y nos ofrece la capacitación
para vincularnos mejor en nuestro proceso de avanzar hacia el éxito. Y para
obtenerlo considera cuatro aspectos vitales de la vida: relaciones personales,
capacitaciones, actitud y liderazgo.
Bibliografía
Maxwell, J. (2007). El ABC de las relaciones.
Buenos Aires, Argentina: V&R Editoras.
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