La Ley de ONG de Giammattei
Por Percy Aguilar Argueta, Contador Público y Auditor
Por Percy Aguilar Argueta, Contador Público y Auditor
Cuando el médico Alejandro Giammattei se postulo a la presidencia de Guatemala, todo aquel con un poquito de sentido común sabía que iba a ser más de lo mismo.
Pero a penas unos días después a quedado al descubierto, primero con las mentiras de los Estados de excepción para perseguir a los supuestos mareros, sin resultados efectivos. Luego con el apoyo oficioso del decreto 4-2020, y para rematar la defensa al empresariado que ha evadido impuestos, diciendo que hay que perseguir la evasión pero no al empresario, para ratificar ese amor que se han jurado, un obsequio, "fumigación de las plantaciones de banano, con dinero de esos impuestos que no se pagan”. Lindura de mandatario.
El sistema de elección vigente en
nuestro país arroja los peores resultados, ya sea para elegir diputados,
presidente, magistrados. Todo el proceso
debe renovarse, ni siquiera reformarse, hay que cambiarlo por completo.
Las reformas a la ley de ONG podemos
resumirla en una palabra “REPRESIÓN” ; la ley antimaras, la resumo también con una
palabra “REPRESIÓN”.
En el caso de las ONG el ejecutivo ha
justificado las reformas desde a perspectiva de que es necesario la
fiscalización. Afirma que ingresan
recursos de otros países que se diluyen en las organizaciones y no alcanzan el
objetivo para el cual fueron enviados.
Esto es falso, en el país existe un entramado de leyes destinados a la
verificación del gasto en el cumplimiento de objetivos, ya sea por parte de la Contraloría General de Cuentas, cuando se trate de fondos públicos. En el caso del lavado de dinero, existe la
Intendencia de Verificación Especial de la Superintendencia de Bancos, y cuando
se trate de impuestos esta la Superintendencia de Administración Tributaria.
A pesar de esto, existe una
contradicción presidencial, Giammatei a pedido al Ministerio Público que deje
la persecución penal por un lado, cuando se trate de empresarios que no han
pagado los impuestos, han evadido al fisco o estafado al Estado con facturas
falsas. Bueno, en verdad quiere
fiscalización el señor Presidente, o no quiere, unos sí, otros no, cuando me
conviene si, cuando no me conviene no. ¿Cómo así?
Sencillo, el Presidente, el Pacto de
Corruptos y todos sus allegados han diseñado un plan para evitar las
manifestaciones, como las que se realizaron en 2015, y que se repitieron en
2017. Alterar el orden público, según la
reforma propuesta a la ley de ONG le otorga el derecho al Ministerio de
Gobernación de cerrar cualquier ONG.
Tapar carreteras, quemar llantas, manifestar inconformidad, puede hacer
que sus organizadores sean señalados de terroristas y encarcelados
inmediatamente.
No hay duda, las mafias que gobiernan
el país están alineadas, todas buscan los mecanismos para
reprimir las manifestaciones populares, y aún falta más, esto, desafortunadamente
esta iniciando.
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