jueves, 11 de mayo de 2017

Gestión del talento humano en la educación superior



GESTION DEL TALENTO HUMANO EN LA  EDUCACION SUPERIOR

Por Percy Aguilar Argueta, Contador Público y Auditor

Una de las tareas más difíciles de la administración lo constituye la Dirección o Gestión del Talento Humano, esta dificultad tiene su máxima expresión cuando dicho talento posee un nivel alto, pero sobre todo en diferentes especialidades.
  Acá me refiero a personas graduadas en la Universidad a nivel de licenciatura, maestría o doctorado.  Y no es que sea algo imposible de hacer, si no que se intenta hacer de la misma forma en la que se administra al personal operativo que no tiene grado universitario.  Así mismo la evaluación del desempeño se realiza con base en el tiempo y no en los productos, esto hace que se menosprecie a este talento humano, logrando que la autoestima se vea afectada y al final se conforme con cumplir un horario y no producir conocimiento.

Para obtener éxito el encargado de la dirección y administración del talento humano debe manejar con cierto grado de lógica sus acciones encaminadas a obtener el mayor nivel de eficiencia, a diferentes grupos de colaboradores.  Una de la tareas más importantes del encargado de gestionar el talento humano es: obtener un nivel alto de eficiencia, la pregunta a responder seria: ¿Cómo medir la eficiencia a diferentes  colaboradores? ¿Cuál debe ser el indicador de productividad (vista la productividad desde el punto de vista social) para cada clase de colaborador?

Antes de dar respuesta a las interrogantes, es prudente reflexionar sobre los errores más comunes, cometidos por los encargados de gestionar el Recurso Humano:

1.      Creer que lo más importante es el cumplimiento de horarios, sin importar si durante el tiempo que el empleado permanece en la institución realmente alcanza sus objetivos. A partir de esta creencia se establecen controles de ingreso y egreso, que sirven única y exclusivamente para dar fe que el empleado existe, porque inclusive dicho control ni siquiera es útil para certificar que este se presento a trabajar, mucho menos que cumplió con sus obligaciones.
2.      No se establecen indicadores para medir objetivos para cada puesto.  Normalmente se tienen claros estos objetivos, sin embargo no se materializan a través del establecimiento de indicadores medibles que permitan establecer con certeza su cumplimiento.
3.      Un desconocimiento total sobre los procesos básicos en la gestión de los recursos humanos.  Como lo establece Dolan, Schuler y Valle (1999) como mínimo se deben considerar dos aspectos: El Análisis del puesto de trabajo y, La planificación de los recursos humanos.
4.      Mantener la idea de que el Recurso Humano responde positivamente a medidas represivas o de castigo cuando no es así.  Este tipo de error fue muy común en empresa hoy desaparecidas como: Rosmo, MontBlank, en donde los encargados del manejo del personal actuaban como capataces.  A este estilo de dirección se aplica la Teoría X de McGregor[1] en donde el director es autoritario.  Normalmente quien actúa de esta manera desconoce la existencia de esta teoría, lo hace instintivamente, ya que le es más fácil se autoritario.
5.      Generalizar en los procesos de control.  Normalmente este error se materializa cuando el encargado del Recurso Humano cree que se puede controlar de igual forma al personal aun y cuando existan funciones distintas, pero sobretodo resultados esperados diferentes.  A un obrero no se le puede ejercer el mismo tipo de control que a un ejecutivo de alta jerarquía.  Esto en nuestra Universidad se hace comúnmente con los profesores, a quienes se les somete  a un proceso de control similar al de una secretaria, un oficinista o a un encargado de mantenimiento, lo que constituye un grave error cometido normalmente por auditores internos y externos (contraloría), así como a las autoridades responsables, dirección de división, coordinaciones.

El análisis de estos errores me permite a continuación dar respuesta a las interrogantes citadas:

¿Cómo medir la eficiencia a diferentes clases de colaboradores?

En un centro de educación superior, o más bien en una Universidad, el producto final, según mi criterio, es un profesional graduado de acuerdo con el perfil establecido, el que puede ser Licenciado o Máster en cada una de las diferentes áreas, por lo que todos los recursos deben estar enfocados a este producto final.  Dentro de los recursos citados el de mayor importancia es el invertido en concepto de pago de salarios a diferentes tipos de colaboradores, todos con un alto nivel de capacitación, y que son los encargados de formar al estudiante que en un futuro se convertirá en profesional.  Para medir la eficiencia de un profesor universitario, debemos llevar a cabo las siguientes etapas:

1.      Establecer con cierto grado de certeza el objetivo de cada puesto de trabajo.
2.      Operacionalizar los objetivos del puesto, estableciendo metas a mediano y largo plazo, con indicadores claros, pero sobretodo medibles en periodos de tiempo de uno a cinco años.
3.      Evaluar los resultados obtenidos cada año comparándolos con las metas e indicadores establecidos.

Para una mejor comprensión de lo anterior, veamos el siguiente ejemplo:

1.      Objetivo del puesto: Impartir clases de contabilidad.
2.      Meta a mediano plazo:  Investigar sobre las nuevas y modernas tendencias de la contabilidad
3.       Indicador: Escribir un artículo sobre la temática establecida.  Escribir material de apoyo a la docencia sobre el tema.  Impartir conferencias, seminarios, talleres, o participar en foros sobre el tema, en instituciones dentro, pero sobre todo fuera de la universidad, mejor si es en el extranjero.
4.      El proceso de evaluación: Cada año el profesor presentara a la coordinación de la carrera un informe sobre los resultados obtenidos.  Cobra especial importancia los artículos escritos, libros, ponencias y conferencias dictadas fuera de la institución.  Si el profesor está realizando una investigación deberá presentar el proyecto con el cronograma correspondiente.

Este es un solo ejemplo de muchos que se presentan en las universidades, debemos de observar que existe un objetivo tan importante como el anterior, en incluso más, que se refiere a la actividad de extensión que obligadamente desarrollara un profesor universitario.   Acá surge la interrogante ¿cómo hacer para que el profesor a través de la docencia influya en la vida nacional y local, y en la presentación de soluciones a problemas reales?

¿Cuál debe ser el indicador de productividad para cada clase de colaborador?

Partiendo del ejemplo anterior definimos los siguientes indicadores de productividad individual:
·         Generación de conocimiento:  Costos anuales en pago de sueldos/Producción intelectual
Por producción intelectual debemos entender: Libros publicados, artículos publicados en revistas especializadas, conferencias dictadas, artículos en boletines, material de apoyo a la docencia, investigaciones realizadas, entre otros.
·         Costo por profesional graduado: Presupuesto anual/número de profesionales graduados en el año.
·         Costo de repitencia: Presupuesto anual/estudiantes que se sometieron al examen y reprobaron.

Estos solamente son algunos ejemplos, se plantean para iniciar la discusión, existen muchas variables a considerar, el tema es: ¿Cuándo vamos a discutir sobre estos indicadores? Es urgente que las autoridades universitarias reflexionen e inicien a  discutir sobre  estos temas y convoquen a un foro para su definición final y así comprometer a la comunidad universitaria a su cumplimiento. 

Debemos dejar de pensar que controlando la asistencia del personal docente solucionamos el problema, sino veamos: ¿Cuántos libros han escrito los profesores del Centro Universitario de Occidente?, incluso aquellos que llevan 25 años en el puesto, que cumplen estrictamente con su horario de trabajo, realmente han sido productivos.  Espero que producto de este artículo surja la crítica, el solo hecho de que así sea, me permitirá pensar que he logrado mi objetivo.

Lo que  queda claro y con propiedad manifiesto  en el Centro Universitario de Occidente no existe una gestión del talento humano.  Nos preocupamos por la apariencia, cumplimiento de horarios, y se olvida la esencia: “Capacidad y compromiso social de los graduados y profesores universitarios”.


[1]Douglas McGregor (estadounidense, Psicólogo industrial, 1906-1964) fue una figura ilustre de la escuela administrativa de las relaciones humanas de gran auge en la mitad del siglo XX.

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