lunes, 24 de marzo de 2014

Descolonizando la dicotomía del superior-inferior en la “idea de desarrollo” De lo universal, mecánico y neutral a lo contextual, interactivo y ético



Descolonizando la dicotomía
del superior-inferior en la “idea de desarrollo”
De lo universal, mecánico y neutral a lo contextual, interactivo y ético[1]

José de Souza Silva[2]


01. ¿Qué desarrollo es posible en América Latina, si todos los modelos de desarrollo han fracasado en la región desde 1492? Una forma de contestar a esta pregunta es haciendo una descolonización de la “idea de desarrollo”. Dicho esfuerzo requiere pensar histórica y filosóficamente las razones comunes del fracaso de los “modelos” que nos han sido impuestos históricamente, sin caer en la trampa estéril de discutir los adjetivos—integral, endógeno, alternativo, sostenible, deliberativo, local, territorial, humano—más apropiados para el desarrollo.
La relevancia—o irrelevancia—de lo que hoy llamamos “desarrollo” es construida por los significados culturalmente atribuidos a su naturaleza y por las relaciones políticamente establecidas para su dinámica, y no por sus adjetivos.

02. Inspirados en el modo clásico de innovación de la ciencia moderna creada en Europa occidental, en los siglos XVI y XVII, los “modelos fracasados” tienen, entre otros rasgos comunes, la pretensión de ser universales en su aplicación, concebir la realidad como una máquina y reivindicar neutralidad para sus impactos. Por causa de la experiencia colonial de América Latina, es imprescindible responder a algunas preguntas tan críticas como obvias: ¿quiénes crearon dichos modelos, desde qué realidad, a partir de cuáles premisas y para lograr qué agenda? Rehenes de la lógica de la modernidad/colonialidad europea, dichos modelos fueron concebidos siempre en ciertos idiomas, creados siempre por ciertos actores y nos llegaron siempre desde ciertos lugares, que nunca coinciden con nuestros idiomas, actores y lugares. Por lo tanto, dichos modelos fueron concebidos lejos de nuestro contexto y sin compromiso con nuestro futuro. ¿Por qué?

03. Para facilitar la dominación para la explotación, los imperios crearon la dicotomía del superior-inferior, con el criterio del racismo para jerarquizar a los grupos humanos, y la premisa del universalismo para “naturalizar” la colonización cultural que establece para el inferior el pensamiento subordinado al conocimiento autorizado por el superior. Por eso, la humanidad fue dividida en civilizados-primitivos a partir de 1492, y en desarrollados-subdesarrollados a partir de la Segunda Guerra Mundial. Bajo el derecho del más fuerte, ellos generan, ellos transfieren y nosotros adoptamos.

04. Para facilitar nuestra formación como meros receptores de ideas, creencias, conceptos, teorías y paradigmas euro-céntricos, nuestros sistemas de comunicación y educación han sido “diseñados” bajo la pedagogía de la respuesta que forja a “seguidores de caminos”. La “normalidad” creada por dichos sistemas de comunicación y educación nos induce a:

(a)   Memorizar las respuestas ya existentes para las preguntas relevantes del superior.

(b)   Aceptar nuestra inferioridad y la superioridad del más fuerte como “natural”, para creer que unos pocos grupos nacen favorecidos—los superiores—y muchos otros nacen desfavorecidos—los inferiores. Convencidos de que los pobres nacen no se hacen, nosotros aceptamos el proceso histórico, global y desigual, que muchos llaman “desarrollo”, a través del cual ocurre la creación y apropiación de la riqueza. Así, nosotros asumimos que para superar al fenómeno de la pobreza basta trabajar con sus síntomas, los pobres, sin cuestionar ni superar las relaciones asimétricas intrínsecas al fenómeno estructural de acumulación de capital.

(c)   Transformar el cierre de las brechas económicas y tecnológicas con relación a los parámetros del superior en un fin que equivale a la búsqueda de la felicidad.

(d)   Aspirar y competir por la cooperación del poderoso generoso que desea compartir con nosotros los secretos de sus éxitos.

(e)   Aprender por imitación con los “casos exitosos” y “mejores prácticas” del superior.

(f)   Percibir el crecimiento económico logrado con las contribuciones de la ciencia y la tecnología modernas del superior como sinónimo de bienestar para todos.

(g)   Asumir el papel de sociedades agradecidas que, en cambio por la generosidad—cooperación—del superior, facilitan su acceso a mercados cautivos, materia prima abundante, mano de obra barata, mentes obedientes y cuerpos disciplinados.

(h)   Permitir el “derecho del más fuerte” en las relaciones internacionales: el superior tiene el derecho a la dominación y el inferior la obligación de la obediencia.

(i)    Aceptar el uso de la mentira como filosofía de negociación pública para legitimar la agenda oculta del superior detrás de sus invasiones e interferencias no invitadas.

(j)    Asumir la visión de mundo—régimen de verdades—del superior como la única fuente válida de conocimiento sobre qué es la realidad y cómo esta funciona.

(k)   Sentirnos como “anormales” innecesarios, inconvenientes o peligrosos siempre que no estemos de acuerdo con cualquiera de las situaciones anteriores.

05. Para implementar la dicotomía del superior-inferior, los imperios crean un sistema de ideas para interpretar la realidad, sistema de técnicas para transformar la realidad y sistema de poder (reglas políticas, roles epistemológicos y arreglos institucionales) para controlar la realidad, que prevalecen sobre otros sistemas de ideas, técnicas y poder que condicionan la naturaleza de las relaciones de producción, relaciones de poder, modos de vida y cultura durante un periodo de tiempo llamado época histórica. La humanidad empezó con la época del extractivismo, cuando dependía de la naturaleza para su existencia, optó por el agrarianismo cuando inventó la agricultura para su sobrevivencia en el neolítico, e inició el industrialismo con la Revolución Industrial a partir de la segunda mitad del siglo XVIII.

06. Las épocas históricas coexisten, pero la del industrialismo está en crisis. Su sociedad industrial tiene una coherencia que no está en correspondencia con las posibilidades y limites del planeta. La humanidad experimenta un cambio de época, y no una época de cambios. Los cambios globales en marcha no responden a los estímulos del paradigma del industrialismo sino que están creando otra época histórica, con otras visiones de mundo (Anexo 1), paradigmas de desarrollo (Anexo 2) y modos de innovación (Anexo 3). Por eso estamos vulnerables, en búsqueda de sostenibilidad. Por eso, el “modelo” de desarrollo—desarrollo sostenible—ha sido propuesto en Rio de Janeiro en 1992.

07. Aceptando la hegemonía epistémica del superior, nosotros hemos inventado nuevos adjetivos para legitimar un “modelo” que, otra vez, ha sido concebido por otros actores, en otros idiomas y desde otras realidades. Para ser sostenible, el desarrollo ahora debe ser “local”, “territorial”, “humano”, “endógeno”. Sin embargo, muchas iniciativas oficiales de desarrollo sostenible en América Latina fracasarán, independiente del adjetivo que vengan a adoptar. Publicado en la forma de libro, Nuestro Futuro Común, el mismo Informe Brundtland que institucionalizó dicho “modelo” revela que lo hizo para viabilizar “una nueva era de crecimiento económico”.

08. Para los sospechosos de siempre, los co-autores del Informe Brundtland, el desarrollo sostenible no pasa de crecimiento económico que se sostiene en el tiempo, así como “desarrollo local” significa crecimiento económico local, “desarrollo territorial” no pasa de crecimiento económico que toma en cuenta el territorio, “desarrollo humano” significa darle un rostro humano al crecimiento económico, y “desarrollo endógeno” no pasa de crecimiento económico desde adentro. Dicho Informe ha sido formulado para proponer que todo cambia para que nada cambie. Su agenda oculta fue asegurar el protagonismo del crecimiento económico, la estrategia histórica, cuantitativa e inmutable de “desarrollo” para la acumulación en el sistema capitalista.

09. El desarrollo sostenible ha sido oficialmente concebido con las mismas características de los modelos que han fracasado en la región desde 1492. Por incluir grupos humanos y sociales (con diferentes valores, creencias, historias y aspiraciones en distintos contextos), el desarrollo no se somete a “modelos”. Para ser exitosos, modelos universales asumen la realidad como homogénea; son creados como diseños globales que ignoran los contextos y saberes locales. Pero el “desarrollo” emerge de una trama de relaciones y significados entre diferentes formas y modos de vida. Su complejidad y dinámica no se encajan en la lógica mecánico-lineal bajo la cual unos generan, otros transfieren y muchos adoptan un cierto modelo que será exitoso en todos los lugares. Un “modelo” es un marco cerrado cuyo éxito y beneficios dependen de que el mismo sea integralmente adoptado. Como las fórmulas y recetas, los “modelos” existen solamente para reproducir—replicar—productos idénticos cuyo desempeño no depende de la historia ni del contexto.

10. Así, nosotros podemos explorar algunas respuestas para la pregunta inicial en la forma de premisas. Para aumentar su relevancia, una concepción de desarrollo debe asumir que:

(a)   El desarrollo no es universal sino contextual. Un “modelo” exitoso en un lugar no será exitoso si es replicado en otros lugares. La realidad no es homogénea. El desarrollo es específico, es singular en diferentes contextos.

(b)   Todos siempre fuimos, somos y seremos apenas diferentes. Nunca hubo, no hay y nunca existirán civilizados-primitivos o desarrollados-subdesarrollados. Estas son falsas dicotomías ideológico-epistémicas creadas para fines de dominación. La dicotomía del “superior-inferior” facilita la dominación para la explotación. Para ser relevantes para nuestras sociedades, los sistemas de comunicación y educación de la región deben abandonar la reproducción de dicha dicotomía. Lo que significa ser “civilizado” y “desarrollado” ha dependido históricamente de los parámetros del más fuerte, que los impone para efectos de comparaciones donde él siempre emerge como superior y los demás como inferiores. Como la civilización occidental es la civilización del tener y no la civilización del ser, dichos parámetros—cuantitativos—son de naturaleza material y tecnológica, para que existan siempre “brechas” cuantitativas a ser superadas.

(c)   No se puede transformar la realidad con respuestas sino con preguntas. Los educadores latinoamericanos deben adoptar la pedagogía de la pregunta que forma “constructores de caminos”, porque no se aprende con la respuesta ya existente sino con la pregunta localmente relevante que desafía el talento de los interesados. Los adultos no se comprometen con la respuesta que escuchan sino con aquella de la cual participan de su construcción. Para la relevancia de los esfuerzos de desarrollo es más apropiada la pedagogía de la pregunta de Paulo Freire, que permite problematizar el mundo desde nuestro contexto, formando constructores de caminos que todavía no existen, que la pedagogía de la respuesta de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, que nos lleva a un mimetismo que forja seguidores de caminos ya existentes.

(d)   El enfoque del “desarrollo de” prevalece sobre el enfoque del “desarrollo en”. El “desarrollo en” un país es un esfuerzo realizado en un lugar geográfico para explotar sus ventajas ecoambientales, socioculturales o de otra naturaleza. El “desarrollo de” incluye necesariamente el desarrollo humano y social de la gente de dicho país, y es realizado desde y con la gente, tomando en cuenta su complejidad, diversidad y diferencias. Por eso, en el “desarrollo en” prevalece la filosofía del “modo clásico” de innovación de cambiar las cosas para cambiar las personas, mientras en el “desarrollo de” prevalece la filosofía del “modo contextual” de innovación de cambiar las personas que cambian las cosas. No por accidente, el 75% de los procesos de transformación institucional que fracasa en el mundo tiene como fuente de inspiración el “modo clásico” de innovación.

(e)   Debemos aprender inventando desde lo local para no perecer imitando desde lo global. Los modelos universales no son malos porque son foráneos sino porque, concebidos desde una realidad particular, son impuestos a otras realidades donde resultan irrelevantes por ignorar los valores, creencias, experiencias, historias, saberes, necesidades y aspiraciones locales. Para ser relevante localmente, el desarrollo “posible” debe movilizar la imaginación, capacidad y compromiso de los actores localmente interesados en influenciar ciertos aspectos de su futuro.

(f)   Sin emoción no hay pasión, y sin pasión no hay compromiso. Para ser relevante, el desarrollo “posible” en distintos contextos debe ser capaz de emocionar para apasionar, y apasionar para comprometer a los actores sociales e institucionales localmente interesados en participar de la construcción del futuro que tendrá impacto en su existencia y en la existencia de otras formas y modos de vida. Eso implica imaginar sueños colectivos para crear fuentes de emoción colectiva. Como decía Dom Hélder Cámara, el Obispo ya fallecido de la ciudad de Olinda, estado de Pernambuco, Nordeste de Brasil: “cuando uno sueña solo, es apenas un sueño; cuando muchos comparten el mismo sueño, es el inicio de la realidad. Como la complejidad de la realidad hace interdependientes a todas las formas y modos de vida involucrados, la construcción de la sostenibilidad nos transforma en ángeles con apenas un ala, que no logran volar si no lo hacen abrazados.

(g)   La cooperación ética no entrega el “pescado” ni transfiere el “anzuelo” sino comparte el “arte de hacer anzuelos”. El enfoque que entrega el pescado atiende a la agenda oculta del superior diseñada para crear dependencia absoluta entre los inferiores. El enfoque que transfiere el anzuelo atiende a la agenda oculta diseñada para definir los peces que el inferior tendrá acceso, a través del control de la forma y tamaño del anzuelo (modelo) previamente fabricado. El enfoque que comparte el arte de hacer anzuelos es el único que permite a los “talentos humanos” locales, que conocen a sus aguas y a sus peces, desarrollar su capacidad para construir anzuelos en las formas y tamaños que sus realidades, necesidades y aspiraciones requieren.   

11. Finalmente, no todo lo que es posible es necesariamente relevante. Para ilustrar, la clonación humana es científicamente posible, pero éticamente no todos están de acuerdo que se deben “fabricar” clones humanos “diseñados” para crear seres humanos perfectos o replicar ciertos individuos. Desde la ética de la existencia, los científicos no tienen el derecho de decidir solos lo que debe ser clonado apenas porque saben cómo hacer la clonación. Cuando las condiciones, relaciones y significados que generan y sostienen la vida están en cuestión, la relevancia de lo qué debe ser hecho debe emerger de procesos de interacción social con la participación de diferentes grupos de actores sociales e institucionales de la sociedad, y no apenas de las decisiones de científicos y/o de actores poderosos que los financian. La expresión “otro mundo es posible” de los movimientos sociales debe ser reemplazada por “otro mundo relevante es posible”.

12. No queremos otro mundo apenas porque el mismo sería “posible”. Nosotros queremos que sea posible otro mundo “relevante” para todas las formas y modos de vida. Por lo tanto, contestando a la pregunta inicial, no existe uno sino múltiples desarrollos posibles. Si el desarrollo no se somete a “modelos”, y si no siempre el desarrollo posible significa desarrollo relevante, no existe “una” sino múltiples posibilidades de esfuerzos localmente relevantes de lo que venga a ser localmente negociado como “desarrollo” en diferentes contextos. Eso implica liberarse de lo universal, mecánico y neutral, del “modo clásico” de innovación, y asumir el contexto como referencia, la interacción como estrategia y la ética como el garante de la sostenibilidad de un desarrollo relevante, donde quepan todos.

13. Sin embargo, en el marco de la normalidad neoliberal de la globalización que hizo de América Latina la región más desigual del mundo, ciertos agentes internacionales de los cambios nacionales, como el Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI), Organización Mundial del Comercio (OMC), Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y Agencia Internacional de Desarrollo de los Estados Unidos (USAID), entre otros, imponen un cierto “modelo” de desarrollo como posible y benéfico para todos. Crean cadenas mentales que definen “lo relevante” como algo siempre inventado en otros idiomas, creado por otros actores y que nos llega desde otros lugares con su “cooperación”. Eso facilita el acceso de los superiores a los mercados cautivos, materia prima abundante, mano de obra barata, mentes dóciles y cuerpos disciplinados de los inferiores. Este tipo de desarrollo ha sido siempre posible pero nunca relevante para los grupos sociales más vulnerables.

14. El nuevo “modelo” usa conceptos precedidos de la palabra “capital”, como “capital social”, para promover la metáfora del mundo-mercado en la época histórica emergente, en reemplazo a la metáfora del mundo-máquina del industrialismo, y para evitar la metáfora del mundo-ágora de los movimientos sociales. Bajo el régimen de verdades neoliberales de la globalización corporativa, todo lo que antes era “recurso” (natural, humano) es reducido a “capital” (natural, humano). En el mundo-mercado, todo se compra, desde principios hasta la naturaleza, y todo se vende, desde escrúpulos hasta la vida.

15. Con la pérdida de parte de la soberanía del Estado-nación, está emergiendo una especie de gobierno mundial, sin Presidente ni elecciones, donde los que deciden no son electos y los que son electos no deciden. La democracia representativa ya no logra representar a la mayoría; es una democracia de un día, el día del voto. El auto-proclamado “superior”, está haciendo una gran inversión financiera y manipulando a muchos actores multilaterales para crear nuevas reglas políticas, roles epistemológicos y arreglos institucionales favorables al “modelo” de desarrollo que le interesa, lejos del escrutinio público y de la participación ciudadana. Su estrategia es sencilla y ha sido muy exitosa: domesticar nuestra voluntad de cambiar al mundo, incluyendo la participación activa de nosotros como inocentes útiles en el proceso de nuestra misma domesticación. ¿Hasta cuándo? ¿A qué costo?

ANEXO-1: Visiones de mundo en conflicto en el contexto del cambio de época
Visión cibernética
Visión mercadológica
Visión contextual
Metáfora guía: el mundo es una máquina [una máquina cibernética que funciona como un sistema de información auto-regulado; un mundo constituido de redes cibernéticas, donde todo es reducido a información y todos son percibidos como consumidores, procesadores y “productores” de información, que es el factor estratégico más crítico para la creación de riqueza y poder]
Metáfora guía: el mundo es un mercado [un agregado de arenas comerciales y tecnológicas donde la importancia de todo es reducida a su función económica. Nosotros no somos ciudadanos sino proveedores, clientes, productores, procesadores, competidores, inversionistas, consumidores, exportadores, etc. Hasta la naturaleza—la vida—es pasible de ser vendida y comprada]
Metáfora guía: el mundo es una trama de relaciones y significados entre diferentes formas y modos de vida [realidad caórdica (caos y orden), hoy amenazados por problemas antropogénicos—creados por la acción humana—, cuya solución depende de que la sostenibilidad sea percibida como una propiedad emergente de la interacción humana para superar nuestra vulnerabilidad]
Los seres humanos son “recursos humanos”, piezas del engranaje, porque todo lo que entra en la máquina es percibido como “recurso”: recursos naturales, recursos financieros, recursos humanos, etc.
Los seres humanos son “capital humano” o “capital intelectual”, porque todo lo que entra en el mercado es percibido como “capital”: capital natural, capital financiero, capital social, capital humano, etc.
Los seres humanos son “talentos humanos”; el mundo tiene potencialidades naturales, humanas, etc. Nuestra imaginación nos permite crear más allá de la experiencia actual y del conocimiento previo.
Las organizaciones son “máquinas” innovadoras que consumen, procesan y producen información, que es transformada en bienes y servicios a ser ofertados. La organización sostenible es la organización eficiente; cuanto mayor su grado de eficiencia mayor su grado de sostenibilidad. La eficiencia productiva es su objetivo.
Las organizaciones son “proveedores” de bienes y servicios demandados por el mercado, que es la principal fuente de referencia para la innovación. La organización sostenible es la organización competitiva; cuanto mayor su grado de competitividad mayor su grado de sostenibilidad. La mayor competitividad es su objetivo.
Las organizaciones son “facilitadores de cambio”, inspiradas en los desafíos (necesidades, realidades y aspiraciones) del contexto donde ocurre la aplicación e implicaciones de sus contribuciones. La organización sostenible es la organización cambiante, que innova y cambia junto con su entorno cambiante.
Las innovaciones relevantes son “producidas” por organizaciones de ciencia y tecnología, que dependen de la inteligencia y sensibilidad personal de sus científicos. Para la “máquina de innovar”, la interacción es innecesaria (y, a veces, una inconveniencia); los científicos saben lo que es mejor para la sociedad y el planeta.
Las innovaciones relevantes son “proveídas” por organizaciones de ciencia y tecnología, que interpretan las señales del mercado como la mejor fuente de inspiración. El “proveedor de innovaciones” interactúa con los “clientes” para conocer sus “demandas”, pues estos son los únicos actores relevantes.
Las innovaciones relevantes “emergen” de complejos procesos de interacción social, con la participación de los actores que las necesitan y que son impactados por su uso. La interacción social es imprescindible: los “expertos” que saben “cómo hacer” no tienen el derecho de definir solos “qué debe de ser hecho”.
La “gerencia de la eficiencia” es restringida al mundo de los medios, y se mueve bajo los dictámenes de la racionalización: la búsqueda de eficiencia, predicción, precisión, control, cuantificación, etc. El Estado trata “la cuestión social” con políticas sociales compensatorias: los excluidos son los ineficientes de la sociedad.
La “gerencia de la competencia” es restringida al mundo del mercado, y asume (i) la oferta y la demanda como sus leyes, (ii) el lucro máximo como su criterio, y (iii) la acumulación como su objetivo. El mercado es el juez que premia a los buenos y castiga a los malos: los excluidos son los no-competitivos de la sociedad.
La “gerencia en la turbulencia” exige que fines y medios sean negociados juntos, para que los fines sirvan de criterio para subordinar la contribución de los medios. Los excluidos emergen de relaciones asimétricas que forjan el proceso desigual de creación, acceso, apropiación y uso de la información, riqueza y poder.
El desempeño de la “organización-máquina” es dependiente de la cantidad de los medios disponibles, de la eficiente gestión de estos medios y de la alta productividad en la transformación de dichos medios en bienes y servicios a ser ofertados en el entorno. La organización requiere administradores capaces de “alinear” los diferentes tipos de “recursos” con los “objetivos” y “metas” a ser alcanzados, bajo los dictámenes de la razón, no del corazón.
El desempeño de la “organización-proveedora” es dependiente del grado de su conectividad con las demandas de sus clientes, de su conocimiento de las tendencias del mercado y del valor económico agregado a sus productos y/o servicios. La organización es mejor administrada por economistas o profesionales que perciban al mercado como la fuente de solución para los problemas actuales; la existencia es una lucha por la sobrevivencia a través de la competencia.
El desempeño de la “organización-facilitadora de cambio” emerge de la interacción de sus subsistemas internos, y de la interacción entre éstos y su entorno relevante. Eso implica coherencia (interna) para una mejor eficiencia, y correspondencia (externa) para su mayor relevancia entre los actores del entorno. Los gerentes deben ser competentes, creativos, contextuales, conceptuales y éticos; la solidaridad es la clave para la sostenibilidad.









ANEXO-2: Paradigmas de “desarrollo” en conflicto en la época histórica emergente
Paradigma neo-racionalista
Conocer para controlar
Paradigma neo-evolucionista
Conocer para dominar
Paradigma constructivista
Comprender para transformar
Metáfora-guía: El mundo como una máquina
Metáfora-guía: El mundo como un mercado
Metáfora-guía: El mundo como una trama de relaciones y significados.
El desarrollo es un proceso racional, lineal y acumulativo hacia un progreso tecnológico donde la felicidad y el bienestar llegan con la posesión de bienes y el acceso a servicios—civilización del tener/del acceso.
El desarrollo es un proceso natural de destrucción creativa hacia un crecimiento económico donde la felicidad y el bienestar son proveídos por el consumo de bienes materiales y culturales—sociedad de consumo.
El desarrollo es un proceso contextual de creación de felicidad y bienestar inclusivo, generando bienes y servicios y construyendo significados culturales y espirituales que dan sentido a la existencia—civilización del ser.
Existe una realidad simple y objetiva, que es independiente de nuestra percepción, traducible al lenguaje matemático y se puede descubrir, describir, predecir y controlar para manejarla; sigue leyes universales.
Existe una realidad compleja pero objetiva, independiente de nuestra percepción, traducible al lenguaje del mercado, y dependiente del proceso de evolución natural y de la dinámica de las leyes de la oferta y la demanda.
Existen múltiples realidades dependientes de las diferentes percepciones de los distintos grupos de actores sociales en sus diferentes contextos;  son realidades socialmente construidas y transformadas.
Unos innovan, otros transfieren y muchos adoptan las innovaciones “producidas” por expertos racionales que saben lo que es mejor para todos. Las máquinas están en el comando del mundo de la innovación, bajo una racionalidad instrumental: todos los problemas son reducidos a cuestiones técnicas; la solución lógica resulta en más gestión y más tecnología.
La innovación útil deriva de la interacción entre expertos y clientes, o tiene su demanda creada por la publicidad con el apoyo de las ciencias del comportamiento. El mercado está en el comando del mundo de la innovación, bajo una racionalidad económica, donde los problemas son reducidos a cuestiones de oferta-demanda, con solución de mercado.
La innovación relevante emerge de procesos de interacción social, con la participación de los que la necesitan o serán por ella impactados. La sociedad está en el comando del mundo de la innovación, bajo una racionalidad comunicativa, donde los problemas antropogénicos son resueltos por la interacción humana, a través del aprendizaje social.
El conocimiento racional—información—es neutral, y es “producido” en el mundo de los expertos, donde la participación de los actores del contexto es innecesaria. La ciencia es la única vía aceptable de “producción” de conocimiento válido.
El conocimiento útil—información—es neutral, y es “producido” en el mundo de los expertos y clientes, donde la participación de otros actores del contexto es una inconveniencia. El conocimiento científico y de mercado son los más necesarios y válidos.
El conocimiento significativo—comprensión—es generado y apropiado en el contexto de su aplicación e implicaciones; la participación es imprescindible. Los saberes—científicos y tácitos—son válidos si son relevantes localmente.
El “aprendizaje para el desarrollo” ocurre por repetición, lo que implica el adestramiento de los inferiores—subdesarrollados—por los superiores—desarrollados—para ayudarlos a cerrar la brecha de información entre ambos. Bajo la “pedagogía de la respuesta”, para ser como los desarrollados—superiores—, los subdesarrollados—inferiores—deben seguir las instrucciones creadas para forjar seguidores  de caminos ya existentes.
El “aprendizaje para el desarrollo” ocurre por imitación, lo que implica la capacitación de los inferiores—subdesarrollados—por los superiores—desarrollados—para el mimetismo de los casos exitosos de los últimos. Bajo la “pedagogía de la respuesta”, para ser como los desarrollados—superiores—, los subdesarrollados—inferiores—deben seguir los ejemplos compartidos para forjar seguidores de caminos ya existentes.
El aprendizaje para la innovación es contextual, lo que implica formar constructores de caminos, que aprenden en interacción con el contexto, inventando desde las historias, experiencias y saberes locales, para no perecer imitando desde los diseños globales creados en otros lugares, por otros actores y en otros idiomas. No hay desarrollados ni subdesarrollados; todos fuimos, somos y seremos “diferentes”.
La vulnerabilidad institucional resulta de la pérdida de eficiencia, que se deriva de la pérdida de coherencia productiva interna. La solución de los problemas de eficiencia requiere tecnología de producción.
La vulnerabilidad institucional resulta de la pérdida de competitividad, que se deriva de la pérdida de correspondencia con el mercado. La solución requiere tecnología de producción y de comercio.
La vulnerabilidad institucional resulta de la pérdida de relevancia: pérdida de correspondencia con el contexto. La solución exige la interacción humana y la negociación, construcción y (re)validación de significados.
El desarrollo sostenible resulta del uso eficiente de los recursos, naturales, financieros, materiales, humanos, etc., lo que produce mayor eficiencia productiva. La sostenibilidad es una cuestión de mejor tecnología de producción, organización productiva y gestión de los medios, sin involucrar dimensiones subjetivas, como la social, ética, cultural y espiritual.
El desarrollo sostenible resulta de la gestión competitiva del capital natural, financiero, social, humano, etc., lo que produce mayor competitividad tecnológica y económica. La sostenibilidad es una cuestión de mejor tecnología de producción y comercio, y de competencia individual como estrategia de sobrevivencia para la existencia del más fuerte/más apto.
La sostenibilidad implica cultivar las condiciones y relaciones que generan y sostienen la vida, lo que sólo puede emerger de la interacción humana, movilizando la imaginación, capacidad y compromiso de los actores para  lo humano, lo social, lo ecológico, lo ético, etc. Somos interdependientes: somos ángeles con un ala, que no logran volar si no lo hacen abrazados.








ANEXO-3: Modos de innovación
Modo clásico—positivista
Propósito: conocer para controlar
Modo contextual—constructivista
Propósito: comprender para transformar
Visión mecánica de mundo: el mundo es una máquina.
Visión contextual de mundo: el mundo es una trama de relaciones y significados entre diferentes formas y modos de vida.
Existe una realidad objetiva que es independiente de nuestra percepción y es traducible al lenguaje matemático (objetivismo—positivismo ontológico). Lo único que se puede hacer con la realidad es conocer para describir, predecir, controlar y manejar para explotarla.
Existen múltiples realidades dependientes de las diferentes percepciones de los diferentes grupos de actores sociales en sus diferentes contextos (contextualismo—constructivismo ontológico). La realidad es socialmente construida y puede ser socialmente transformada.
Es relevante conocer las “leyes naturales” que rigen el funcionamiento de la realidad, para permitir conocerla, describirla, predecirla, controlarla y manejarla para explotarla, para el beneficio de todos. Sólo los “aspectos tangibles” de la “realidad concreta” son relevantes, y deben ser medidos.
Es relevante comprender los procesos de interacción social a través de los cuales diferentes grupos de actores construyen sus percepciones de la realidad, además de comprender los procesos físicos, químicos y biológicos que funcionan independientes de la interpretación e intervención humana.
El todo es constituido de partes; para conocer el todo es preciso desglosarlo para conocer sus partes constituyentes, incluyendo la más pequeña de todas donde está su esencia—reduccionismo—.
El todo es dinámico y diferente del conjunto de sus partes; para comprender su dinámica es necesario comprender la trama de las relaciones y significados cambiantes que lo constituyen—holismo—.
El método científico aleja el “investigador” del “objeto” de la investigación para suprimir la intervención de valores e intereses humanos (neutral), y aleja el “objeto” de la investigación de su “contexto” porque éste contiene muchas variables que no son relevantes (no-contextual). Las alianzas, cuando inevitables, deben ser selectivas. La interacción social es innecesaria.
El mejor método permite la interacción entre investigador y actores del contexto, que también son intérpretes de su realidad; el contexto es la clave para comprender los significados de los fenómenos (contextual) y el sentido de la existencia (valorativo). Sin interacción no hay comprensión ni innovación relevante, y sin compromiso colectivo no hay capacidad para superar problemas complejos.
El método científico es neutral porque asegura la no-intervención de valores e intereses humanos. La razón es la fuente de la acción; el factor humano no interviene en la constitución de la realidad objetiva, que existe independiente de su voluntad. La ciencia no necesita cambiar las “personas” que cambian las cosas, sino apenas cambiar las “cosas” para cambiar las personas, racionalmente.
La práctica científica es una actividad humana impregnada de valores e intereses; es necesario negociar los valores éticos y estéticos que deben prevalecer en la intervención. La emoción (los deseos, valores, motivos, pasiones, etc.) es la fuente de la acción, no la razón; la razón es únicamente un regulador de la acción. Es imprescindible cambiar las “personas” que cambian las cosas, no lo contrario.
Unos innovan, otros transfieren y muchos adoptan; es necesario crear (separadamente) organizaciones de “investigación” que innovan y organizaciones de “transferencia” que extienden la innovación para los “usuarios” que deben adoptarlas. La innovación es una dádiva de la ciencia para la sociedad.
La innovación emerge de la interacción; las innovaciones relevantes emergen de procesos de interacción social, con la participación de los que de ellas necesitan. Las “organizaciones de innovación” actúan interactivamente en su contexto relevante, sin separar investigación-transferencia-adopción. 
El conocimiento científico es el único conocimiento válido, y es suficiente para conocer, describir, predecir, controlar y manejar la realidad para explotarla. No hay otros “conocimientos” ni otros “saberes” válidos; sólo el conocimiento científico describe la realidad como ella “realmente” es. Una ciencia para la sociedad, que es intermediada por la tecnología: ciencia sin conciencia.
Conocimiento socialmente relevante es generado de forma interactiva en el contexto de su aplicación e implicaciones. La interpretación y transformación de la realidad depende del diálogo de “saberes”, entre el conocimiento científico y otros “conocimientos tácitos” de los actores locales. Una ciencia de la sociedad, que no tiene intermediario porque es interactiva: ciencia con conciencia
Los problemas relevantes son problemas sencillos de investigación, que sólo los científicos están en capacidad de identificarlos y resolverlos. El contexto y su complejidad no son blancos de investigación.
Los problemas relevantes son desafíos complejos del contexto para la investigación; un desafío complejo para la investigación revela muchos problemas sencillos de investigación. El contexto es la clave.


[1] Conferencia magistral presentada en el Primer Congreso Internacional “Universidad, Desarrollo y Cooperación”, realizado en Cuenca, Ecuador, 25-27 de abril de 2007.
[2] Ingeniero Agrónomo brasileño, con Maestría en Sociología de la Agricultura y Ph.D. en Sociología de la Ciencia y la Tecnología. Fue Gerente de la Secretaría de Gestión Estratégica de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA), es Gerente de la Red Nuevo Paradigma para la innovación institucional en América Latina. A partir del 2008, él va a liderar, desde EMBRAPA en Brasil, un esfuerzo de investigación para la deconstrucción y descolonización de las relaciones Tecnociencia-Sociedad-Innovación (TSI) en el caso del desarrollo de la agricultura en América Latina. Él vive en Campina Grande, estado de Paraíba, Región Nordeste de Brasil. E-mail: josedesouzasilva@gmail.com y souza@cnpa.embrapa.br

1 comentario:

  1. Qué interesante análisis!! Muy completo, con muchas aristas.

    Centrándome en que el conocer la génesis de las cosas, es clave para saber cómo somos hoy ... pero para enmarcar los asuntos que tenemos que mejorar, cambiar, cortar, arrancar y demás.

    Busquemos en medio de nuestras sociedades lo que realmente somos y/o queremos ser ... propongamos espacios de diálogo para identificar un punto y cómo será cada paso en adelante para irlo logrando.

    El volver o más bien iniciar, en la prioridad del bienestar del recurso humano como base para un sociedad fuerte psico bio y éticamente estable, podría marcar un antes y un después.

    ¿Qué rica discusión y acciones podemos empezar en nuestras sociedades?

    ResponderEliminar