Descolonizando la dicotomía
del superior-inferior en la “idea de desarrollo”
De lo universal, mecánico y neutral a lo contextual, interactivo y
ético[1]
José de Souza Silva[2]
01. ¿Qué desarrollo es posible en
América Latina, si todos los modelos de desarrollo han fracasado en la región
desde 1492? Una forma de contestar a esta pregunta es haciendo una
descolonización de la “idea de desarrollo”. Dicho esfuerzo requiere pensar
histórica y filosóficamente las razones comunes del fracaso de los “modelos”
que nos han sido impuestos históricamente, sin caer en la trampa estéril de
discutir los adjetivos—integral, endógeno, alternativo, sostenible,
deliberativo, local, territorial, humano—más apropiados para el desarrollo.
La relevancia—o irrelevancia—de lo que hoy llamamos “desarrollo”
es construida por los significados culturalmente atribuidos a su naturaleza y
por las relaciones políticamente establecidas para su dinámica, y no por
sus adjetivos.
02. Inspirados en el modo clásico de innovación de la ciencia
moderna creada en Europa occidental, en los siglos XVI y XVII, los “modelos
fracasados” tienen, entre otros rasgos comunes, la pretensión de ser
universales en su aplicación, concebir la realidad como una máquina y
reivindicar neutralidad para sus impactos. Por causa de la experiencia colonial
de América Latina, es imprescindible responder a algunas preguntas tan críticas
como obvias: ¿quiénes crearon dichos modelos, desde qué realidad, a partir de
cuáles premisas y para lograr qué agenda? Rehenes de la lógica de la
modernidad/colonialidad europea, dichos modelos fueron concebidos siempre en
ciertos idiomas, creados siempre por ciertos actores y nos llegaron siempre
desde ciertos lugares, que nunca coinciden con nuestros idiomas, actores y
lugares. Por lo tanto, dichos modelos fueron concebidos lejos de nuestro
contexto y sin compromiso con nuestro futuro. ¿Por qué?
03. Para facilitar la dominación para la explotación, los imperios
crearon la dicotomía del superior-inferior, con el criterio del racismo para
jerarquizar a los grupos humanos, y la premisa del universalismo para
“naturalizar” la colonización cultural que establece para el inferior el
pensamiento subordinado al conocimiento autorizado por el superior. Por eso, la
humanidad fue dividida en civilizados-primitivos a partir de 1492, y en
desarrollados-subdesarrollados a partir de la Segunda Guerra Mundial. Bajo el
derecho del más fuerte, ellos generan, ellos transfieren y nosotros adoptamos.
04. Para facilitar nuestra formación como meros receptores de
ideas, creencias, conceptos, teorías y paradigmas euro-céntricos, nuestros
sistemas de comunicación y educación han sido “diseñados” bajo la pedagogía de
la respuesta que forja a “seguidores de caminos”. La “normalidad” creada por
dichos sistemas de comunicación y educación nos induce a:
(a)
Memorizar las respuestas ya
existentes para las preguntas relevantes del superior.
(b)
Aceptar nuestra
inferioridad y la superioridad del más fuerte como “natural”, para creer que
unos pocos grupos nacen favorecidos—los superiores—y muchos otros nacen
desfavorecidos—los inferiores. Convencidos de que los pobres nacen no se hacen,
nosotros aceptamos el proceso histórico, global y desigual, que muchos llaman
“desarrollo”, a través del cual ocurre la creación y apropiación de la riqueza.
Así, nosotros asumimos que para superar al fenómeno de la pobreza basta
trabajar con sus síntomas, los pobres, sin cuestionar ni superar las relaciones
asimétricas intrínsecas al fenómeno estructural de acumulación de capital.
(c)
Transformar el cierre de
las brechas económicas y tecnológicas con relación a los parámetros del
superior en un fin que equivale a la búsqueda de la felicidad.
(d)
Aspirar y competir por la
cooperación del poderoso generoso que desea compartir con nosotros los secretos
de sus éxitos.
(e)
Aprender por imitación con
los “casos exitosos” y “mejores prácticas” del superior.
(f)
Percibir el crecimiento
económico logrado con las contribuciones de la ciencia y la tecnología modernas
del superior como sinónimo de bienestar para todos.
(g)
Asumir el papel de
sociedades agradecidas que, en cambio por la generosidad—cooperación—del
superior, facilitan su acceso a mercados cautivos, materia prima abundante,
mano de obra barata, mentes obedientes y cuerpos disciplinados.
(h)
Permitir el “derecho del más
fuerte” en las relaciones internacionales: el superior tiene el derecho a la
dominación y el inferior la obligación de la obediencia.
(i)
Aceptar el uso de la
mentira como filosofía de negociación pública para legitimar la agenda oculta
del superior detrás de sus invasiones e interferencias no invitadas.
(j)
Asumir la visión de
mundo—régimen de verdades—del superior como la única fuente válida de
conocimiento sobre qué es la realidad y cómo esta funciona.
(k)
Sentirnos como “anormales”
innecesarios, inconvenientes o peligrosos siempre que no estemos de acuerdo con
cualquiera de las situaciones anteriores.
05. Para implementar la dicotomía del superior-inferior, los
imperios crean un sistema de ideas para interpretar la realidad, sistema de
técnicas para transformar la realidad y sistema de poder (reglas políticas,
roles epistemológicos y arreglos institucionales) para controlar la realidad,
que prevalecen sobre otros sistemas de ideas, técnicas y poder que condicionan
la naturaleza de las relaciones de producción, relaciones de poder, modos de
vida y cultura durante un periodo de tiempo llamado época histórica. La
humanidad empezó con la época del extractivismo, cuando dependía de la
naturaleza para su existencia, optó por el agrarianismo cuando inventó la agricultura
para su sobrevivencia en el neolítico, e inició el industrialismo con la
Revolución Industrial a partir de la segunda mitad del siglo XVIII.
06. Las épocas históricas coexisten, pero la del industrialismo
está en crisis. Su sociedad industrial tiene una coherencia que no está en
correspondencia con las posibilidades y limites del planeta. La humanidad
experimenta un cambio de época, y no una época de cambios. Los cambios globales
en marcha no responden a los estímulos del paradigma del industrialismo sino
que están creando otra época histórica, con otras visiones de mundo (Anexo 1),
paradigmas de desarrollo (Anexo 2) y modos de innovación (Anexo 3). Por eso
estamos vulnerables, en búsqueda de sostenibilidad. Por eso, el “modelo” de
desarrollo—desarrollo sostenible—ha sido propuesto en Rio de Janeiro en 1992.
07. Aceptando la hegemonía epistémica del superior, nosotros hemos
inventado nuevos adjetivos para legitimar un “modelo” que, otra vez, ha sido
concebido por otros actores, en otros idiomas y desde otras realidades. Para
ser sostenible, el desarrollo ahora debe ser “local”, “territorial”, “humano”,
“endógeno”. Sin embargo, muchas iniciativas oficiales de desarrollo sostenible
en América Latina fracasarán, independiente del adjetivo que vengan a adoptar.
Publicado en la forma de libro, Nuestro Futuro Común, el mismo Informe
Brundtland que institucionalizó dicho “modelo” revela que lo hizo para
viabilizar “una nueva era de crecimiento económico”.
08. Para los sospechosos de siempre, los co-autores del Informe
Brundtland, el desarrollo sostenible no pasa de crecimiento económico que se
sostiene en el tiempo, así como “desarrollo local” significa crecimiento
económico local, “desarrollo territorial” no pasa de crecimiento económico que
toma en cuenta el territorio, “desarrollo humano” significa darle un rostro
humano al crecimiento económico, y “desarrollo endógeno” no pasa de crecimiento
económico desde adentro. Dicho Informe ha sido formulado para proponer que todo
cambia para que nada cambie. Su agenda oculta fue asegurar el protagonismo del
crecimiento económico, la estrategia histórica, cuantitativa e inmutable de
“desarrollo” para la acumulación en el sistema capitalista.
09. El desarrollo sostenible ha sido oficialmente concebido con
las mismas características de los modelos que han fracasado en la región desde
1492. Por incluir grupos humanos y sociales (con diferentes valores, creencias,
historias y aspiraciones en distintos contextos), el desarrollo no se somete a
“modelos”. Para ser exitosos, modelos universales asumen la realidad como
homogénea; son creados como diseños globales que ignoran los contextos y
saberes locales. Pero el “desarrollo” emerge de una trama de relaciones y
significados entre diferentes formas y modos de vida. Su complejidad y dinámica
no se encajan en la lógica mecánico-lineal bajo la cual unos generan, otros
transfieren y muchos adoptan un cierto modelo que será exitoso en todos los
lugares. Un “modelo” es un marco cerrado cuyo éxito y beneficios dependen de
que el mismo sea integralmente adoptado. Como las fórmulas y recetas, los
“modelos” existen solamente para reproducir—replicar—productos idénticos cuyo
desempeño no depende de la historia ni del contexto.
10. Así, nosotros podemos explorar algunas respuestas para la
pregunta inicial en la forma de premisas. Para aumentar su relevancia, una
concepción de desarrollo debe asumir que:
(a)
El desarrollo no es
universal sino contextual. Un “modelo” exitoso en un lugar no será
exitoso si es replicado en otros lugares. La realidad no es homogénea. El
desarrollo es específico, es singular en diferentes contextos.
(b)
Todos siempre fuimos, somos
y seremos apenas diferentes. Nunca hubo, no hay y nunca existirán
civilizados-primitivos o desarrollados-subdesarrollados. Estas son falsas
dicotomías ideológico-epistémicas creadas para fines de dominación. La
dicotomía del “superior-inferior” facilita la dominación para la explotación.
Para ser relevantes para nuestras sociedades, los sistemas de comunicación y
educación de la región deben abandonar la reproducción de dicha dicotomía. Lo
que significa ser “civilizado” y “desarrollado” ha dependido históricamente de
los parámetros del más fuerte, que los impone para efectos de comparaciones
donde él siempre emerge como superior y los demás como inferiores. Como la
civilización occidental es la civilización del tener y no la civilización del
ser, dichos parámetros—cuantitativos—son de naturaleza material y tecnológica,
para que existan siempre “brechas” cuantitativas a ser superadas.
(c)
No se puede transformar la
realidad con respuestas sino con preguntas. Los educadores
latinoamericanos deben adoptar la pedagogía de la pregunta que forma
“constructores de caminos”, porque no se aprende con la respuesta ya existente
sino con la pregunta localmente relevante que desafía el talento de los
interesados. Los adultos no se comprometen con la respuesta que escuchan sino
con aquella de la cual participan de su construcción. Para la relevancia de los
esfuerzos de desarrollo es más apropiada la pedagogía de la pregunta de Paulo
Freire, que permite problematizar el mundo desde nuestro contexto, formando
constructores de caminos que todavía no existen, que la pedagogía de la
respuesta de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, que nos lleva
a un mimetismo que forja seguidores de caminos ya existentes.
(d)
El enfoque del “desarrollo de”
prevalece sobre el enfoque del “desarrollo en”. El “desarrollo en”
un país es un esfuerzo realizado en un lugar geográfico para explotar sus
ventajas ecoambientales, socioculturales o de otra naturaleza. El “desarrollo de”
incluye necesariamente el desarrollo humano y social de la gente de dicho país,
y es realizado desde y con la gente, tomando en cuenta su
complejidad, diversidad y diferencias. Por eso, en el “desarrollo en”
prevalece la filosofía del “modo clásico” de innovación de cambiar las cosas
para cambiar las personas, mientras en el “desarrollo de” prevalece la
filosofía del “modo contextual” de innovación de cambiar las personas que
cambian las cosas. No por accidente, el 75% de los procesos de transformación
institucional que fracasa en el mundo tiene como fuente de inspiración el “modo
clásico” de innovación.
(e)
Debemos aprender inventando
desde lo local para no perecer imitando desde lo global. Los modelos universales
no son malos porque son foráneos sino porque, concebidos desde una realidad
particular, son impuestos a otras realidades donde resultan irrelevantes por
ignorar los valores, creencias, experiencias, historias, saberes, necesidades y
aspiraciones locales. Para ser relevante localmente, el desarrollo “posible”
debe movilizar la imaginación, capacidad y compromiso de los actores localmente
interesados en influenciar ciertos aspectos de su futuro.
(f)
Sin emoción no hay pasión,
y sin pasión no hay compromiso. Para ser relevante, el desarrollo “posible” en
distintos contextos debe ser capaz de emocionar para apasionar, y apasionar
para comprometer a los actores sociales e institucionales localmente
interesados en participar de la construcción del futuro que tendrá impacto en
su existencia y en la existencia de otras formas y modos de vida. Eso implica
imaginar sueños colectivos para crear fuentes de emoción colectiva. Como decía
Dom Hélder Cámara, el Obispo ya fallecido de la ciudad de Olinda, estado de Pernambuco,
Nordeste de Brasil: “cuando uno sueña solo, es apenas un sueño; cuando muchos
comparten el mismo sueño, es el inicio de la realidad. Como la complejidad de
la realidad hace interdependientes a todas las formas y modos de vida
involucrados, la construcción de la sostenibilidad nos transforma en ángeles
con apenas un ala, que no logran volar si no lo hacen abrazados.
(g)
La cooperación ética no
entrega el “pescado” ni transfiere el “anzuelo” sino comparte el “arte de hacer
anzuelos”. El enfoque que entrega el pescado atiende a la agenda oculta del
superior diseñada para crear dependencia absoluta entre los inferiores. El
enfoque que transfiere el anzuelo atiende a la agenda oculta diseñada para
definir los peces que el inferior tendrá acceso, a través del control de la
forma y tamaño del anzuelo (modelo) previamente fabricado. El enfoque que
comparte el arte de hacer anzuelos es el único que permite a los “talentos
humanos” locales, que conocen a sus aguas y a sus peces, desarrollar su
capacidad para construir anzuelos en las formas y tamaños que sus realidades,
necesidades y aspiraciones requieren.
11. Finalmente, no todo lo que es posible es necesariamente
relevante. Para ilustrar, la clonación humana es científicamente posible, pero
éticamente no todos están de acuerdo que se deben “fabricar” clones humanos
“diseñados” para crear seres humanos perfectos o replicar ciertos individuos.
Desde la ética de la existencia, los científicos no tienen el derecho de
decidir solos lo que debe ser clonado apenas porque saben cómo hacer la
clonación. Cuando las condiciones, relaciones y significados que generan y
sostienen la vida están en cuestión, la relevancia de lo qué debe ser hecho
debe emerger de procesos de interacción social con la participación de diferentes
grupos de actores sociales e institucionales de la sociedad, y no apenas de las
decisiones de científicos y/o de actores poderosos que los financian. La
expresión “otro mundo es posible” de los movimientos sociales debe ser
reemplazada por “otro mundo relevante es posible”.
12. No queremos otro mundo apenas porque el mismo sería “posible”.
Nosotros queremos que sea posible otro mundo “relevante” para todas las formas
y modos de vida. Por lo tanto, contestando a la pregunta inicial, no existe uno
sino múltiples desarrollos posibles. Si el desarrollo no se somete a “modelos”,
y si no siempre el desarrollo posible significa desarrollo relevante, no
existe “una” sino múltiples posibilidades de esfuerzos localmente relevantes de
lo que venga a ser localmente negociado como “desarrollo” en diferentes
contextos. Eso implica liberarse de lo universal, mecánico y neutral, del “modo
clásico” de innovación, y asumir el contexto como referencia, la interacción
como estrategia y la ética como el garante de la sostenibilidad de un
desarrollo relevante, donde quepan todos.
13. Sin embargo, en el marco de la normalidad neoliberal de la
globalización que hizo de América Latina la región más desigual del mundo,
ciertos agentes internacionales de los cambios nacionales, como el Banco
Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI), Organización Mundial del
Comercio (OMC), Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), Instituto Interamericano de Cooperación
para la Agricultura (IICA) y Agencia Internacional de Desarrollo de los Estados
Unidos (USAID), entre otros, imponen un cierto “modelo” de desarrollo como
posible y benéfico para todos. Crean cadenas mentales que definen “lo
relevante” como algo siempre inventado en otros idiomas, creado por otros
actores y que nos llega desde otros lugares con su “cooperación”. Eso facilita
el acceso de los superiores a los mercados cautivos, materia prima abundante,
mano de obra barata, mentes dóciles y cuerpos disciplinados de los inferiores.
Este tipo de desarrollo ha sido siempre posible pero nunca relevante para los
grupos sociales más vulnerables.
14. El nuevo “modelo” usa conceptos precedidos de la palabra
“capital”, como “capital social”, para promover la metáfora del mundo-mercado
en la época histórica emergente, en reemplazo a la metáfora del mundo-máquina
del industrialismo, y para evitar la metáfora del mundo-ágora de los
movimientos sociales. Bajo el régimen de verdades neoliberales de la
globalización corporativa, todo lo que antes era “recurso” (natural, humano) es
reducido a “capital” (natural, humano). En el mundo-mercado, todo se compra,
desde principios hasta la naturaleza, y todo se vende, desde escrúpulos hasta
la vida.
15. Con la pérdida de parte de la soberanía del Estado-nación,
está emergiendo una especie de gobierno mundial, sin Presidente ni elecciones,
donde los que deciden no son electos y los que son electos no deciden. La
democracia representativa ya no logra representar a la mayoría; es una
democracia de un día, el día del voto. El auto-proclamado “superior”, está
haciendo una gran inversión financiera y manipulando a muchos actores
multilaterales para crear nuevas reglas políticas, roles epistemológicos y
arreglos institucionales favorables al “modelo” de desarrollo que le interesa,
lejos del escrutinio público y de la participación ciudadana. Su estrategia es
sencilla y ha sido muy exitosa: domesticar nuestra voluntad de cambiar al
mundo, incluyendo la participación activa de nosotros como inocentes útiles en
el proceso de nuestra misma domesticación. ¿Hasta cuándo? ¿A qué costo?
ANEXO-1: Visiones de mundo en conflicto en el contexto del
cambio de época
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Visión cibernética
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Visión mercadológica
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Visión contextual
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Metáfora guía: el mundo es una máquina [una máquina
cibernética que funciona como un sistema de información auto-regulado; un
mundo constituido de redes cibernéticas, donde todo es reducido a información
y todos son percibidos como consumidores, procesadores y “productores” de
información, que es el factor estratégico más crítico para la creación de
riqueza y poder]
|
Metáfora guía: el mundo es un mercado [un agregado de
arenas comerciales y tecnológicas donde la importancia de todo es reducida a
su función económica. Nosotros no somos ciudadanos sino proveedores,
clientes, productores, procesadores, competidores, inversionistas,
consumidores, exportadores, etc. Hasta la naturaleza—la vida—es pasible de
ser vendida y comprada]
|
Metáfora guía: el mundo es una trama de relaciones y
significados entre diferentes formas y modos de vida [realidad caórdica (caos
y orden), hoy amenazados por problemas antropogénicos—creados por la acción
humana—, cuya solución depende de que la sostenibilidad sea percibida como
una propiedad emergente de la interacción humana para superar nuestra
vulnerabilidad]
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Los seres humanos son
“recursos humanos”, piezas del engranaje, porque todo lo que entra en la
máquina es percibido como “recurso”: recursos naturales, recursos
financieros, recursos humanos, etc.
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Los seres humanos son
“capital humano” o “capital intelectual”, porque todo lo que entra en el
mercado es percibido como “capital”: capital natural, capital financiero,
capital social, capital humano, etc.
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Los seres humanos son
“talentos humanos”; el mundo tiene potencialidades naturales, humanas, etc.
Nuestra imaginación nos permite crear más allá de la experiencia actual y del
conocimiento previo.
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Las organizaciones son
“máquinas” innovadoras que consumen, procesan y producen información, que es
transformada en bienes y servicios a ser ofertados. La organización
sostenible es la organización eficiente; cuanto mayor su grado de eficiencia
mayor su grado de sostenibilidad. La eficiencia productiva es su objetivo.
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Las organizaciones son
“proveedores” de bienes y servicios demandados por el mercado, que es la
principal fuente de referencia para la innovación. La organización sostenible
es la organización competitiva; cuanto mayor su grado de competitividad mayor
su grado de sostenibilidad. La mayor competitividad es su objetivo.
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Las organizaciones son
“facilitadores de cambio”, inspiradas en los desafíos (necesidades,
realidades y aspiraciones) del contexto donde ocurre la aplicación e
implicaciones de sus contribuciones. La organización sostenible es la
organización cambiante, que innova y cambia junto con su entorno cambiante.
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Las innovaciones
relevantes son “producidas” por organizaciones de ciencia y tecnología, que
dependen de la inteligencia y sensibilidad personal de sus científicos. Para
la “máquina de innovar”, la interacción es innecesaria (y, a veces, una
inconveniencia); los científicos saben lo que es mejor para la sociedad y el
planeta.
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Las innovaciones
relevantes son “proveídas” por organizaciones de ciencia y tecnología, que
interpretan las señales del mercado como la mejor fuente de inspiración. El
“proveedor de innovaciones” interactúa con los “clientes” para conocer sus
“demandas”, pues estos son los únicos actores relevantes.
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Las innovaciones
relevantes “emergen” de complejos procesos de interacción social, con la
participación de los actores que las necesitan y que son impactados por su
uso. La interacción social es imprescindible: los “expertos” que saben “cómo
hacer” no tienen el derecho de definir solos “qué debe de ser hecho”.
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La “gerencia de la
eficiencia” es restringida al mundo de los medios, y se mueve bajo los
dictámenes de la racionalización: la búsqueda de eficiencia, predicción,
precisión, control, cuantificación, etc. El Estado trata “la cuestión social”
con políticas sociales compensatorias: los excluidos son los ineficientes de
la sociedad.
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La “gerencia de la
competencia” es restringida al mundo del mercado, y asume (i) la oferta y la
demanda como sus leyes, (ii) el lucro máximo como su criterio, y (iii) la
acumulación como su objetivo. El mercado es el juez que premia a los buenos y
castiga a los malos: los excluidos son los no-competitivos de la sociedad.
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La “gerencia en la
turbulencia” exige que fines y medios sean negociados juntos, para que los
fines sirvan de criterio para subordinar la contribución de los medios. Los
excluidos emergen de relaciones asimétricas que forjan el proceso desigual de
creación, acceso, apropiación y uso de la información, riqueza y poder.
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El desempeño de la
“organización-máquina” es dependiente de la cantidad de los medios
disponibles, de la eficiente gestión de estos medios y de la alta
productividad en la transformación de dichos medios en bienes y servicios a
ser ofertados en el entorno. La organización requiere administradores capaces
de “alinear” los diferentes tipos de “recursos” con los “objetivos” y “metas”
a ser alcanzados, bajo los dictámenes de la razón, no del corazón.
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El desempeño de la
“organización-proveedora” es dependiente del grado de su conectividad con las
demandas de sus clientes, de su conocimiento de las tendencias del mercado y
del valor económico agregado a sus productos y/o servicios. La organización
es mejor administrada por economistas o profesionales que perciban al mercado
como la fuente de solución para los problemas actuales; la existencia es una
lucha por la sobrevivencia a través de la competencia.
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El desempeño de la
“organización-facilitadora de cambio” emerge de la interacción de sus
subsistemas internos, y de la interacción entre éstos y su entorno relevante.
Eso implica coherencia (interna) para una mejor eficiencia, y correspondencia
(externa) para su mayor relevancia entre los actores del entorno. Los
gerentes deben ser competentes, creativos, contextuales, conceptuales y
éticos; la solidaridad es la clave para la sostenibilidad.
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ANEXO-2: Paradigmas de “desarrollo” en conflicto en la época
histórica emergente
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Paradigma neo-racionalista
Conocer para controlar
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Paradigma neo-evolucionista
Conocer para dominar
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Paradigma constructivista
Comprender para transformar
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Metáfora-guía: El mundo como una máquina
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Metáfora-guía: El mundo como un mercado
|
Metáfora-guía: El mundo
como una trama de relaciones y significados.
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El desarrollo es un
proceso racional, lineal y acumulativo hacia un progreso tecnológico donde la
felicidad y el bienestar llegan con la posesión de bienes y el acceso a
servicios—civilización del tener/del acceso.
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El desarrollo es un
proceso natural de destrucción creativa hacia un crecimiento económico donde
la felicidad y el bienestar son proveídos por el consumo de bienes materiales
y culturales—sociedad de consumo.
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El desarrollo es un
proceso contextual de creación de felicidad y bienestar inclusivo, generando
bienes y servicios y construyendo significados culturales y espirituales que
dan sentido a la existencia—civilización del ser.
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Existe una realidad
simple y objetiva, que es independiente de nuestra percepción, traducible al
lenguaje matemático y se puede descubrir, describir, predecir y controlar
para manejarla; sigue leyes universales.
|
Existe una realidad compleja
pero objetiva, independiente de nuestra percepción, traducible al lenguaje
del mercado, y dependiente del proceso de evolución natural y de la dinámica
de las leyes de la oferta y la demanda.
|
Existen múltiples
realidades dependientes de las diferentes percepciones de los distintos
grupos de actores sociales en sus diferentes contextos; son realidades socialmente construidas y
transformadas.
|
Unos innovan, otros
transfieren y muchos adoptan las innovaciones “producidas” por expertos
racionales que saben lo que es mejor para todos. Las máquinas están en el
comando del mundo de la innovación, bajo una racionalidad instrumental: todos
los problemas son reducidos a cuestiones técnicas; la solución lógica resulta
en más gestión y más tecnología.
|
La innovación útil deriva
de la interacción entre expertos y clientes, o tiene su demanda creada por la
publicidad con el apoyo de las ciencias del comportamiento. El mercado está
en el comando del mundo de la innovación, bajo una racionalidad económica,
donde los problemas son reducidos a cuestiones de oferta-demanda, con
solución de mercado.
|
La innovación relevante
emerge de procesos de interacción social, con la participación de los que la
necesitan o serán por ella impactados. La sociedad está en el comando del
mundo de la innovación, bajo una racionalidad comunicativa, donde los
problemas antropogénicos son resueltos por la interacción humana, a través
del aprendizaje social.
|
El conocimiento
racional—información—es neutral, y es “producido” en el mundo de los expertos,
donde la participación de los actores del contexto es innecesaria. La ciencia
es la única vía aceptable de “producción” de conocimiento válido.
|
El conocimiento
útil—información—es neutral, y es “producido” en el mundo de los expertos y
clientes, donde la participación de otros actores del contexto es una
inconveniencia. El conocimiento científico y de mercado son los más
necesarios y válidos.
|
El conocimiento
significativo—comprensión—es generado y apropiado en el contexto de su
aplicación e implicaciones; la participación es imprescindible. Los
saberes—científicos y tácitos—son válidos si son relevantes localmente.
|
El “aprendizaje para el
desarrollo” ocurre por repetición, lo que implica el adestramiento de los
inferiores—subdesarrollados—por los superiores—desarrollados—para ayudarlos a
cerrar la brecha de información entre ambos. Bajo la “pedagogía de la
respuesta”, para ser como los desarrollados—superiores—, los
subdesarrollados—inferiores—deben seguir las instrucciones creadas para
forjar seguidores de caminos ya
existentes.
|
El “aprendizaje para el
desarrollo” ocurre por imitación, lo que implica la capacitación de los
inferiores—subdesarrollados—por los superiores—desarrollados—para el
mimetismo de los casos exitosos de los últimos. Bajo la “pedagogía de la
respuesta”, para ser como los desarrollados—superiores—, los
subdesarrollados—inferiores—deben seguir los ejemplos compartidos para forjar
seguidores de caminos ya existentes.
|
El aprendizaje para la
innovación es contextual, lo que implica formar constructores de caminos, que
aprenden en interacción con el contexto, inventando desde las historias,
experiencias y saberes locales, para no perecer imitando desde los diseños
globales creados en otros lugares, por otros actores y en otros idiomas. No
hay desarrollados ni subdesarrollados; todos fuimos, somos y seremos
“diferentes”.
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La vulnerabilidad
institucional resulta de la pérdida de eficiencia, que se deriva de la
pérdida de coherencia productiva interna. La solución de los problemas de
eficiencia requiere tecnología de producción.
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La vulnerabilidad
institucional resulta de la pérdida de competitividad, que se deriva de la
pérdida de correspondencia con el mercado. La solución requiere tecnología de
producción y de comercio.
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La vulnerabilidad
institucional resulta de la pérdida de relevancia: pérdida de correspondencia
con el contexto. La solución exige la interacción humana y la negociación,
construcción y (re)validación de significados.
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El desarrollo sostenible
resulta del uso eficiente de los recursos, naturales, financieros,
materiales, humanos, etc., lo que produce mayor eficiencia productiva. La
sostenibilidad es una cuestión de mejor tecnología de producción,
organización productiva y gestión de los medios, sin involucrar dimensiones subjetivas,
como la social, ética, cultural y espiritual.
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El desarrollo sostenible
resulta de la gestión competitiva del capital natural, financiero, social,
humano, etc., lo que produce mayor competitividad tecnológica y económica. La
sostenibilidad es una cuestión de mejor tecnología de producción y comercio,
y de competencia individual como estrategia de sobrevivencia para la
existencia del más fuerte/más apto.
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La sostenibilidad implica
cultivar las condiciones y relaciones que generan y sostienen la vida, lo que
sólo puede emerger de la interacción humana, movilizando la imaginación,
capacidad y compromiso de los actores para
lo humano, lo social, lo ecológico, lo ético, etc. Somos
interdependientes: somos ángeles con un ala, que no logran volar si no lo hacen
abrazados.
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ANEXO-3: Modos de innovación
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Modo clásico—positivista
Propósito: conocer para controlar
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Modo contextual—constructivista
Propósito: comprender para transformar
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Visión mecánica de mundo:
el mundo es una máquina.
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Visión contextual de
mundo: el mundo es una trama de relaciones y significados entre diferentes
formas y modos de vida.
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Existe una realidad
objetiva que es independiente de nuestra percepción y es traducible al
lenguaje matemático (objetivismo—positivismo ontológico). Lo único que se
puede hacer con la realidad es conocer para describir, predecir, controlar y
manejar para explotarla.
|
Existen múltiples
realidades dependientes de las diferentes percepciones de los diferentes
grupos de actores sociales en sus diferentes contextos
(contextualismo—constructivismo ontológico). La realidad es socialmente
construida y puede ser socialmente transformada.
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Es relevante conocer las
“leyes naturales” que rigen el funcionamiento de la realidad, para permitir
conocerla, describirla, predecirla, controlarla y manejarla para explotarla,
para el beneficio de todos. Sólo los “aspectos tangibles” de la “realidad
concreta” son relevantes, y deben ser medidos.
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Es relevante comprender
los procesos de interacción social a través de los cuales diferentes grupos
de actores construyen sus percepciones de la realidad, además de comprender
los procesos físicos, químicos y biológicos que funcionan independientes de
la interpretación e intervención humana.
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El todo es constituido de
partes; para conocer el todo es preciso desglosarlo para conocer sus partes
constituyentes, incluyendo la más pequeña de todas donde está su
esencia—reduccionismo—.
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El todo es dinámico y
diferente del conjunto de sus partes; para comprender su dinámica es
necesario comprender la trama de las relaciones y significados cambiantes que
lo constituyen—holismo—.
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El método científico
aleja el “investigador” del “objeto” de la investigación para suprimir la
intervención de valores e intereses humanos (neutral), y aleja el “objeto” de
la investigación de su “contexto” porque éste contiene muchas variables que
no son relevantes (no-contextual). Las alianzas, cuando inevitables, deben
ser selectivas. La interacción social es innecesaria.
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El mejor método permite
la interacción entre investigador y actores del contexto, que también son
intérpretes de su realidad; el contexto es la clave para comprender los
significados de los fenómenos (contextual) y el sentido de la existencia
(valorativo). Sin interacción no hay comprensión ni innovación relevante, y
sin compromiso colectivo no hay capacidad para superar problemas complejos.
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El método científico es
neutral porque asegura la no-intervención de valores e intereses humanos. La
razón es la fuente de la acción; el factor humano no interviene en la
constitución de la realidad objetiva, que existe independiente de su
voluntad. La ciencia no necesita cambiar las “personas” que cambian las
cosas, sino apenas cambiar las “cosas” para cambiar las personas,
racionalmente.
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La práctica científica es
una actividad humana impregnada de valores e intereses; es necesario negociar
los valores éticos y estéticos que deben prevalecer en la intervención. La
emoción (los deseos, valores, motivos, pasiones, etc.) es la fuente de la
acción, no la razón; la razón es únicamente un regulador de la acción. Es
imprescindible cambiar las “personas” que cambian las cosas, no lo contrario.
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Unos innovan, otros
transfieren y muchos adoptan; es necesario crear (separadamente)
organizaciones de “investigación” que innovan y organizaciones de
“transferencia” que extienden la innovación para los “usuarios” que deben
adoptarlas. La innovación es una dádiva de la ciencia para la
sociedad.
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La innovación emerge de
la interacción; las innovaciones relevantes emergen de procesos de
interacción social, con la participación de los que de ellas necesitan. Las
“organizaciones de innovación” actúan interactivamente en su contexto
relevante, sin separar investigación-transferencia-adopción.
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El conocimiento
científico es el único conocimiento válido, y es suficiente para conocer,
describir, predecir, controlar y manejar la realidad para explotarla. No hay
otros “conocimientos” ni otros “saberes” válidos; sólo el conocimiento
científico describe la realidad como ella “realmente” es. Una ciencia para
la sociedad, que es intermediada por la tecnología: ciencia sin
conciencia.
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Conocimiento socialmente
relevante es generado de forma interactiva en el contexto de su aplicación e
implicaciones. La interpretación y transformación de la realidad depende del
diálogo de “saberes”, entre el conocimiento científico y otros “conocimientos
tácitos” de los actores locales. Una ciencia de la sociedad, que no
tiene intermediario porque es interactiva: ciencia con conciencia
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Los problemas relevantes
son problemas sencillos de investigación, que sólo los científicos
están en capacidad de identificarlos y resolverlos. El contexto y su
complejidad no son blancos de investigación.
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Los problemas relevantes
son desafíos complejos del contexto para la investigación; un
desafío complejo para la investigación revela muchos problemas
sencillos de investigación. El contexto es la clave.
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[1] Conferencia magistral presentada en el
Primer Congreso Internacional “Universidad, Desarrollo y Cooperación”,
realizado en Cuenca, Ecuador, 25-27 de abril de 2007.
[2] Ingeniero Agrónomo brasileño, con
Maestría en Sociología de la Agricultura y Ph.D. en Sociología de la Ciencia y
la Tecnología. Fue Gerente de la Secretaría de Gestión Estratégica de la
Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (EMBRAPA), es Gerente de la Red
Nuevo Paradigma para la innovación institucional en América Latina. A partir
del 2008, él va a liderar, desde EMBRAPA en Brasil, un esfuerzo de
investigación para la deconstrucción y descolonización de las relaciones
Tecnociencia-Sociedad-Innovación (TSI) en el caso del desarrollo de la
agricultura en América Latina. Él vive en Campina Grande, estado de Paraíba,
Región Nordeste de Brasil. E-mail: josedesouzasilva@gmail.com
y souza@cnpa.embrapa.br
Qué interesante análisis!! Muy completo, con muchas aristas.
ResponderEliminarCentrándome en que el conocer la génesis de las cosas, es clave para saber cómo somos hoy ... pero para enmarcar los asuntos que tenemos que mejorar, cambiar, cortar, arrancar y demás.
Busquemos en medio de nuestras sociedades lo que realmente somos y/o queremos ser ... propongamos espacios de diálogo para identificar un punto y cómo será cada paso en adelante para irlo logrando.
El volver o más bien iniciar, en la prioridad del bienestar del recurso humano como base para un sociedad fuerte psico bio y éticamente estable, podría marcar un antes y un después.
¿Qué rica discusión y acciones podemos empezar en nuestras sociedades?